La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado recientemente un completo informe en el que se dan las claves para explicar la polémica que en las últimas semanas ha generado el uso del aceite de palma en diferentes productos de consumo diario. Los consumidores empiezan explicando que el aceite de palma es "el más utilizado del mundo", por delante del de soja o el de colza. "Se produce a partir de los frutos de la palma africana y se ha convertido en una materia prima usada a nivel global para la elaboración de una gran cantidad de productos de la industria alimenticia y cosmética", explican desde la OCU haciendo hincapié en que este producto está desplaznado incluso a las grasas hidrogenadas.

El aceite de palma es, según los expertos, muy rico en grasas saturadas por lo que es preferible no abusar de él. Los consumidores insisten en que los fabricantes están obligados a detallar en el etiquetado de sus productos el tipo de grasa que emplean. Y es que el aceite de palma está presente en cremas, productos para untar, snacks y pasteles, precocinados, aperitivos, productos de limpieza como jabones o detergentes, cosméticos o incluso velas.

Pero, ¿de dónde procede el aceite de palma? La OCU explica que "la palma aceitera se cultiva en países tropicales, donde a menudo representa una base importante para las econonmías locales, así como una materia primar para la industria local". El problema es que su cultivo en zonas como Indonesia ha tenido un fuerte impacto ambiental.

Las claves para su éxito son, en palabras de la OCU, la versatilidad de este producto y su rentabilidad. Para evitar sus efectos negativos los consumidores recomiendan seguir cuatro consejos básicos:

  • Para evitar el exceso de grasas saturadas que aporta el aceite de palma a nuestra dieta, lo mejor es limitar todo lo posible el consumo de alimentos precocinados, la bollería industrial y otros productos agroalimentarios procesados, productos en los que se usa mucho el aceite de palma.
  • Cuando sea posible, lo mejor es mejor preparar la comida en casa con aceites más saludables, como el de oliva o el de girasol.
  • En algunos productos, el aceite de palma se puede sustituir por otro tipo de grasa más saludable: lee las etiquetas y elige preferentemente productos en los que se evite la palma y se haya sustituido por aceite de girasol, por ejemplo.
  • Busca la etiqueta de certificación de la RSPO. Aunque todavía está poco implantada en nuestro mercado, distingue a productos de empresas que han dado un paso adelante para conseguir una producción más sostenible.