Suena el despertador. Son las 6:30. Alba coge el aparato, lo apaga y, como el cansancio le nubla, sigue tumbada. "¿Si no vas a ir al gym para qué te apuntas?", le espeta desde el otro lado de la cama Blas. A ella le sienta el comentario como un patada y salta: "¡Calla!". Silencio. ¡Biiiip! El sonido del iPhone de él se hace notar a las 7:45 y ambos van a desayunar. La escena lo resume todo. Uno al lado del otro, sin dirigirse la mirada (ni siquiera a la taza de café). Permanecen absortos con los móviles. El silencio, habitual, manda. Antes de salir de casa, por separado, se dan un beso (en la mejilla) sin avidez.

El 22 de septiembre finalizó oficialmente el verano, la época en la que más sonrisas se contemplan, al tiempo que se producen más rupturas. "En casi todas las parejas surgen dificultades que, a veces, no se superan. Pasar muchas horas juntos es un aliciente para las relaciones sanas. De alguna manera, es algo que han estado deseando. El problema ocurre cuando una no funciona. Es entonces, cuando al pasar mas tiempo juntos, se evidencia la dificultad para llegar a acuerdos", comenta Anna Gil Wittke, sexóloga y directora del Instituto de la Pareja en Murcia y Torrevieja.

Gil Wittke, que investiga el intríngulis de las relaciones sentimentales desde hace 8 años, concluye que los enemigos de la pasión son "la exigencia, el exceso de rutina, la vergüenza y los complejos". Claro que a un matrimonio con hijos hay que sumarle un plus de estrés. "Por eso es necesario que sean activos en planificar juntos. En ese espacio, a solas, es donde puede activarse el deseo sexual, aumentar las relaciones y mejorar la calidad", recalca.

Si dos personas se ponen de acuerdo en querer luchar para encender de nuevo la llama, "saber cómo" es clave. Pero, ¿y qué más? "Desde mi experiencia clínica, diría que aquellos que se conocen mejor pueden lograr experiencias sexuales más satisfactorias integrando no sólo el aspecto genital sino la conexión emocional", argumenta Gil. En otras palabras, la amistad, el cariño en público y el humor, entre ellos, forman parte del buen caminar.

Con el acercamiento se genera aceptación sobre sus diferentes gustos. "Parece ser que los hombres, en una relación estable, tienden a mantener un deseo espontáneo. Según Basson, las mujeres se inclinan por un deseo reactivo. Será necesario que conecten con otros factores: la imagen de si mismas, que se sientan deseadas?", señala la experta.

Como en la variedad está el gusto y no hay dos personas iguales, qué hay de cierto en la creencia de que muchas mujeres se sienten atraídas por hombres dominantes. "En consulta escucho que hablan de hombres que tomen la iniciativa y que sean seguros de sí mismos", aclara. Y ante el maltrato, promover el "buentrato", concepto que abandera Fina Sanz, colega de Anna Gil. O sea, "más agradecimiento, reflexión y escucha", apostilla Sanz.