Con la llegada del verano cambia nuestra vida, nuestro ritmo, nuestras costumbres. Seguimos otros horarios, nuestra alimentación cambia, tenemos vacaciones, la disponibilidad de cambiar de ambiente, de vacaciones y de huir del estrés; en definitiva, de poder descansar y pararnos a pensar si estamos haciendo todo bien.

Esta situación también se puede volver en nuestra contra porque, si nos relajamos en exceso, podemos descuidar nuestra salud, algo que obviamente no es nada aconsejable y que nadie quiere. "Aparte, en verano, el Sol, el baño, la actividad física, el calor, o la alimentación pueden producir problemas de salud y es mejor prevenirlos", según informa el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN).

Por ello, desde esta institución aconsejan disfrutar durante el verano de actividades beneficiosas para nuestra salud, como saborear las frutas de esta época, gozar del sol con cuidado, regocijarse con los baños en la piscina o entretenerse con ejercicio físico. Asimismo, recuerda también que el disfrute estival va asociado al cumplimiento de diversas medidas preventivas para protegerse del sol y de los efectos del calor cuando es excesivo.

En este sentido, una entrevista con Infosalus, el jefe Medicina Interna del Hospital de San Rafael de Madrid, Juan Luis Rodríguez Calderón, recuerda que los principales problemas que surgen en el verano dependen del aumento de las temperaturas y de la exposición excesiva al sol, que no se produce en otras épocas, así como de la práctica deportiva, y de los baños.

Así, señala que el aumento de temperatura conlleva 3 problemas de riesgo: la deshidratación por falta de inserción líquido, la descompensación de las enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión, o el golpe de calor provocado por la exposición excesiva al calor, o por ejemplo por una exposición intensa en horas centrales del día.

En primer lugar, el doctor Rodríguez Calderón indica que la exposición al sol conlleva un riesgo de quemaduras en la piel que, en el largo plazo, si la exposición es prolongada y durante muchos días, puede dar lugar en el futuro a la aparición de tumores malignos o melanomas. "La incidencia ha aumentado muchísimo", lamenta el experto.

Por ello, considera que habría que cuidar especialmente la hidratación, procurar no estar expuesto al sol en las horas centrales al día, ni en la playa ni en la ciudad, ir por la sombra, con ropa ligera, y protegerse la cabeza con sombrero; aunque destaca que lo más importante de todo es mantener una adecuada hidratación a lo largo del día.El caso de los ancianos y los niños

Aquí destaca que hay que prestar especial atención a la salud de ancianos y niños pequeños porque son los más vulnerables a las altas temperaturas y exposición al sol. "Los niños tienen un centro de termorregulación sin formar, y en los ancianos, éste centro ya comienza a degenerar, de forma que las medidas que de forma natural pone el cuerpo para contraatacar no son lo suficientemente eficaces contra estos síntomas", explica.

Además, el especialista de Medicina Interna dice que tienen otro problema en común, ellos no beben solos, y si no se les da de beber no beben. A esto hay que añadirle que en las personas más mayores la tolerancia a la sed es menor. "Entonces es muy importante la hidratación en todas las personas en el verano, pero especialmente en niños y ancianos, así como en personas con enfermedades crónicas", insiste.

Igualmente, ve necesario evitar la exposición al sol en horas centrales del día, incluso en la playa hay que evitarlo siempre, y además emplear cremas de alta protección de rayos ultravioleta.

Los otros grandes problemas del verano son los que surgen alrededor del baño y alerta sobre el famoso corte de digestión, que no es como siempre se ha pensado. "No es que no te puedas bañar después de comer, pero sí hay que evitar el choque de calor, que se produce cuando las personas se exponen a altas temperaturas y nos metemos de golpe en un agua que va a estar mucho más fría que el ambiente externo", indica.

Esto, según prosigue, provoca cambios en la circulación de la sangre y que ésta se distribuya por el cuerpo y vaya a la piel, que es lo que necesita más sangre para contrarrestar ese cambio de temperatura, mientras que la digestión se para porque la sangre concentrada se va de ahí a la piel.

Además, alerta sobre el hecho de que también se puede dejar al cerebro sin la suficiente cantidad de sangre y se puede llegar a padecer una lipotimia o síndrome vasovagal. "Éste es el peligro, que el corte digestión no vaya más allá de naúseas, o de vómitos. Hay que tener cuidado porque la lipotimia es peligrosa y sobre todo dentro del agua. Una pérdida de conocimiento puede conllevar que alguien se ahogue, por lo que siempre hay que bañarse de forma paulatina y procurando que el cambio temperatura en el cuerpo sea muy progresivo", subraya.

A juicio del doctor Rodríguez Calderón, se debería incidir a su vez en que no se debe dejar a los niños nunca dentro de un coche cerrado por la posibilidad de exceso de calor, que es muy grande, y puede dar lugar a un golpe de calor por hipertermia, con la consiguiente muerte del paciente.

"En verano hay muchas personas que aumentan de forma anormal el ejercicio que hacen, cuando durante el curso son más sedentarios. Esto conlleva un riesgo de lesiones musculares y articulares, que si hacemos ejercicio de forma paulatina, será siempre beneficioso. Muy importante es no hacerlo a horas centrales del día y saber siempre que aunque no tengamos sed hay que beber agua en cuanto empecemos a hacer ejercicio, no hay que esperar a tener sed", indica.

Por otro lado, el jefe de Medicina Interna del Hospital de San Rafael de Madrid subraya que no hay que quitarse sed con alcohol, porque el alcohol produce deshidratación en sí mismo y en condiciones de exceso de calor más. Otra cuestión importante, en su opinión, es tener cuidado a la hora de practicar determinadas actividades que no estemos acostumbrados se pueden producir heridas o contusiones, o por desgracia las caídas que pueden ser mortales o conllevar parálisis de por vida.