Un 13,2% de los consumidores ha mezclado en alguna ocasión lejía con amoniaco, una combinación que genera un gas tóxico llamado cloruro de amonio perjudicial para la salud, según la encuesta de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) de hábitos de compra y uso de productos químicos en el hogar.

Esta encuesta, presentada hoy en Madrid, forma parte de la campaña "¡Ojo a la etiqueta! Consumidores responsables", y arroja "blancos y negros" sobre el consumo de productos químicos en el hogar, según ha explicado a Efe el presidente de CECU, Fernando Móner.

Según el sondeo -que consta de 10 preguntas que han contestado 500 personas de toda España- el 13,2 % de los consumidores ha mezclado en alguna ocasión lejía con amoniaco, dos productos muy utilizados para la limpieza, pero cuya mezcla genera cloruro de amonio, un gas tóxico cuya inhalación puede ocasionar graves problemas de salud y, en ocasiones, la muerte.

"De cada 100 tenemos 13 que han hecho en alguna ocasión esa mezcla", resalta el presidente de CECU, que propone la creación de campañas informativas que incorporen casos prácticos de usos no responsables y sus consecuencias para la salud y la seguridad, ya que, ha dicho, "hay veces que los accidentes simplemente con una lectura de dos minutos se evitan".

Móner añade que "sería interesante" que el ámbito sanitario ayudase en esta tarea, ya que el 10,7 % de los encuestados manifiesta haber realizado otras mezclas distintas, frente a un 75,2 % que nunca ha juntado productos de limpieza.

Según la encuesta, el 41,4 % de los consumidores no suele leer las etiquetas de los productos químicos y solo un 30,3 % los leen en los establecimientos antes de comprarlos.

Para el presidente de CECU, otro dato llamativo del estudio es el "poco conocimiento" de los pictogramas de peligro que aparecen en estos productos, ya que solo un 5,4 % de los encuestados sabe identificarlos.

La CECU también advierte sobre el incremento de las dosis recomendadas de los diferentes productos, la utilización de artículos destinados a un uso profesional o la compra de productos por internet.

El proyecto de la organización de consumidores se completa con un calendario informativo, dirigido a la población mayor, y una aplicación para acercarse prioritariamente a los más jóvenes, que incluye una marcación rápida al teléfono del Servicio de Información Toxicológica.

Entre otros consejos, la CECU advierte de que está muy extendida la creencia de que en caso de accidente por ingestión de producto tóxico lo más oportuno es vomitar, lo que no es cierto ya que el vómito puede ser más peligroso de lo que parece y muchas veces está contraindicado.

"Nos preocupaba mucho que la población infantil y juvenil no tuviera un conocimiento mayor, tanto de los pictogramas como también de las consecuencias de este tipo de mal uso de estos productos", concluye el presidente de CECU.

Móner ha presentado este proyecto acompañado de la jefa de sección de Documentación del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (SIT), Rosa Martínez Arrieta y del jefe del Servicio de Información Toxicológica del SIT, José Luis Conejo.