Son muchos los factores que afectan a nuestro deseo sexual. Es absolutamente normal que nuestra libido experimente oscilaciones, en función de variables como la época del año en que nos encontremos, nuestro nivel de estrés, nuestro estilo de vida, la relación con nuestra pareja, problemas emocionales, enfermedades... En ocasiones, no obstante, esta falta de deseo sexual se prolonga en el tiempo, convirtiéndose en un problema al que hay que buscar una solución. Y es que disfrutar de una vida sexual plena es sinónimo de bienestar físico y emocional.

Aunque la pérdida de interés por las relaciones sexuales afecta más a las mujeres -especialmente cuando llega la menopausia-, también los hombres se ven afectados por la falta de deseo sexual. Las razones pueden ser variadas, tanto físicas como psicológicas, y van desde la monotonía a la baja autoestima, ansiedad, pudor, falta de iniciativa...

En cualquier caso, no se trata ni mucho menos de una situación irreversible. En este sentido, existen una serie de hábitos y gestos que pueden ayudarnos a aumentar nuestro nivel de deseo sexual y a gozar de una sexualidad plena.

En muchos casos, estos remedios pasan por nuestra alimentación. Y es que lo que comemos juegan un rol fundamental en nuestra libido. De esta forma, en mayor o menor medida en función de cada persona, es posible actuar en la respuesta de nuestro cuerpo frente al sexo modificando nuestros hábitos alimentarios.

Así, alimentos como el chocolate, la canela, las otras, el jengibre, la vainilla, el vino, las fresas o la sandía pueden ayudarnos a incrementar nuestro apetito sexual. En algunos casos estos alimentos afectan directamente a la producción de testosterona y estrógenos. En otras ocasiones, tienen importantes propiedades estimulantes; aumentan los niveles de serotonina -relacionados directamente con el deseo sexual-; estimulan los vasos sanguíneos; poseen propiedades relajantes... Todo ello afecta a nuestra libido e incrementa nuestro apetito sexual.

Llevar una alimentación sana y equilibrada es también fundamental para estimular nuestra vida sexual y alimentar el deseo. Como también lo es cuidarse y mimar nuestro cuerpo. Hacer ejercicio, bajar de peso y sentirnos bien con nosotros mismos es de vital importancia para potenciar nuestro apetito sexual. Además, no debemos olvidar en este apartado la necesidad de tener una correcta higiene personal, fundamental para disfrutar de una vida sexual completamente satisfactoria.

Por otra parte, debemos aprender a aceptar nuestro cuerpo tal y como es y reducir nuestras exigencias hacia nuestra pareja. Y es que las inseguridades son una de las grandes enemigas del deseo sexual.

Otro factor de enorme importancia que influye en nuestro apetito sexual es nuestra relación de pareja. La monotonía es uno de los grandes enemigos del sexo, por lo que resulta conveniente alimentar el morbo con nuestra media naranja. Aunque proliferan los fármacos que prometen multiplicar nuestra libido, lo cierto es que poco hay que hacer si la persona que tenemos al lado no nos atrae.

La monotonía y la rutina son en muchos casos causantes de la pérdida de deseo sexual, por lo que para volver a alimentar el deseo es necesario reinventarse. Esta reinvención no pasa tanto por cambios en nuestro aspecto físico y sexual, sino que puede consistir simplemente en invitar a nuestra pareja a cenar o a compartir una velada romántica, una experiencia novedosa... Para romper esta monotonía, es importante saber que el deseo sexual femenino está mucho más vinculado con el componente emocional, mientras que en el caso de los hombres está mucho más centrado en el aspecto físico y carnal.

Por otra parte, cuando llevamos tiempo con nuestra pareja puede ocurrir que se afronten las relaciones sexuales como un mero trámite. Esta circunstancia puede afectar negativamente a nuestra libido, por lo que es necesario romper con esta monotonía. Jugar y explorar con nuestra pareja, probar nuevas posturas sexuales, intentar realizar nuestras fantasías sexuales o recurrir a juguetes sexuales pueden ser buenas opciones para estimular nuestro deseo.

Por último, aunque probablemente sea el consejo más importante para estimular el deseo sexual, es imprescindible trabajar día a día la comunicación con nuestra pareja. En este sentido, es fundamental hablar con nuestro compañero o compañera, contarle qué nos gusta y qué no en la cama, nuestras fantasías sexuales, cómo nos sentimos...