Un amplio estudio observacional sugiere que el tratamiento con el fármaco antipalúdico cloroquina o su análogo hidroxicloroquina a los pacientes con COVID-19.

Por el contrario, el tratamiento con estos medicamentos, ya sea solo o en combinación con un tipo de antibióticos, se relaciona con un aumento de las tasas de mortalidads entre los pacientes de COVID-19 hospitalizados.

En el estudio, publicado en la revista The Lancet, se analizan datos de casi 15.000 pacientes con COVID-19 que recibieron cloroquina o su análogo, la hidroxicloroquina (ingeridos con o sin los antibióticos azitromicina o claritromicina), y datos de 81.000 pacientes control. Los pacientes son de más de 600 hospitales.

A la luz de los resultados, los investigadores sugieren que estos regímenes de tratamiento no deben utilizarse para tratar la COVID-19 fuera de los ensayos clínicos en marcha. Se debe esperar, dicen, a que los resultados de los ensayos aleatorios estén disponibles para confirmar la seguridad y eficacia de estos medicamentos para los pacientes con COVID-19.

La cloroquina es un fármaco antipalúdico y su análogo, la hidroxicloroquina, se utiliza para tratar enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis; este último ha aparecido en los medios en los últimos días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara que se lo tomaba de manera preventiva.

La cloroquina y la hidroxicloroquina tienen un buen perfil de seguridad como tratamientos para las condiciones específicas ya constatadas -como lupus- y los resultados ahora publicados no implican que los pacientes deban dejar de tomar estos medicamentos si se recetan para condiciones aprobadas, advierte un comunicado de The Lancet.

También se ha demostrado que tienen efectos antivirales en las pruebas de laboratorio y, por lo tanto, son de interés como posibles tratamientos para COVID-19, pero son necesarios más ensayos.

Mandeep R. Mehra, autor principal del estudio e investigador del Hospital Brigham de Mujeres de Boston (Estados Unidos) explica que "este es el primer estudio a gran escala que encuentra pruebas estadísticamente sólidas de que el tratamiento con cloroquina o hidroxicloroquina no beneficia a los pacientes con COVID-19". Por el contrario, "sugiere que puede estar asociado con un mayor riesgo de problemas cardíacos graves y un mayor riesgo de mortalidad".

Para Mehra, los ensayos clínicos aleatorios son esenciales para confirmar cualquier daño o beneficio asociado con estos agentes, mientras tanto, "sugerimos que estos fármacos no deben utilizarse como tratamientos para COVID-19 fuera de los ensayos clínicos".

De los tratados con cloroquina o hidroxicloroquina sola, alrededor de uno de cada seis pacientes había muerto; cuando los medicamentos se utilizaban en combinación con un antibiótico macrólido, la tasa de mortalidad aumentaba a más de uno de cada cinco en el caso de la cloroquina y casi uno de cada cuatro en el de la hidroxicloroquina.

Parte de la diferencia en las tasas de mortalidad se debe a distinciones subyacentes entre los pacientes que recibieron los tratamientos y los que no los recibieron.

Tras tener en cuenta factores como la edad, la raza, el índice de masa corporal y las condiciones de salud subyacentes, como las enfermedades cardíacas, pulmonares y la diabetes, los investigadores concluyen que estos regímenes de medicamentos se asocian a un mayor riesgo de muerte.

Los autores explican que si la tasa de mortalidad es del 9,3% en el grupo de control, después de ajustar los demás factores clínicos, la tasa atribuible al uso de los regímenes farmacológicos se elevaría al 12,4-13,4%.

Sin embargo, advierten de que no es posible excluir la posibilidad de que otros factores no medidos sean responsables de la aparente relación entre estos tratamientos y la disminución de la supervivencia; por eso, subrayan, se necesitan urgentemente ensayos aleatorios.