El Colegio de Médicos de Girona, junto a diferentes empresas e instituciones, ha desarrollado una mascarilla reutilizable y reciclable que admite diferentes filtros y lograr los grados FFP2 y FFP3 de protección para garantizar la seguridad de los profesionales sanitarios ante posibles rebotes de COVID-19.

Según informa este organismo, el nuevo producto se denomina ALEU, en honor a la primera licenciada en medicina de España, y está en proceso de homologación oficial por el laboratorio AITEX.

La primera remesa ha permitido la fabricación de un millar de mascarillas, junto a 24.000 cartuchos para filtrar el aire de calidad FFP2 y 24.000 de FFP3.

Según el presidente del Colegio de Médicos de Girona, Josep Vilaplana, la finalidad es ofrecer "una solución reciclable y reutilizable para evitar la ruptura de la cadena de suministro en caso de que se produzca un rebrote", y garantizar el abastecimiento de equipos de protección individual.

El diseño es polivalente, lo que permite su uso por parte de diferentes colectivos, y se ha aprovechado "la capacidad productiva de la industria local", en palabras de Vilaplana.

Su implementación supondrá además un ahorro económico de hasta el 30 por ciento respecto a las mascarillas de un solo uso, en opinión de Esteve Farrés, que interviene en la creación de la mascarilla a través de Tecnoateneu de Vilablareix (Girona), un espacio que agrupa a expertos en tecnología.

El director y gerente de la compañía Aira Robotics, Xavier Jané, que también participa en la producción, ha explicado que "los valores de respirabilidad conseguidos por ALEU son hasta seis veces el de las mascarillas convencionales en los casos de la protección FFP2, y el doble en el grado FFP3".

El director de Laboratorios Transversales del Centro de Tecnología Eurecat Girona, Agustí Chico, adelanta que se han iniciado contactos con países de Latinoamérica, África y Europa para poner el producto a su disposición frente a la pandemia, y que ya se implementan en Chile en el marco del proyecto FreeBreath.

ALEU está concebida como compartimento estanco que cubre nariz, boca y mentón, es de material termoplástico, se puede desinfectar tras cada uso y permite su fabricación mediante inyección a gran escala, impresión en tres dimensiones o una combinación de ambos sistemas.

El proyecto ha evolucionado desde los requerimientos iniciales del Colegio de Médicos de Girona a las pruebas de validación realizadas por profesionales de los hospitales Trueta de esta provincia, Althaia de Manresa y Sant Pau de Barcelona.