Hay comidas que nos resultan especialmente pesadas y que incluso nos llegan a repetir, especialmente en estas épocas cercanas a las Navidad o durante la misma, donde solemos comer platos más elaborados y de forma más copiosa, y durante varias horas.

Aunque estas Navidades vayan a ser diferentes porque no vamos a juntarnos tantos como en años anteriores, no perderemos seguramente esta tradición. ¿Hay alguna manera de aliviar esa pesadez con la comida, que nos repitan algunos alimentos?¿Por qué nos sucede esto?

En concreto, debemos tener cuidado con los fritos, con los alimentos ricos en mantequilla o muy especiados, así como con los alimentos procesados y con las bebidas alcohólicas, ya que son los alimentos que más nos repiten, según advierte en una entrevista con Infosalus la doctora Ana Olivares Valles, jefa de Aparato Digestivo del Hospital General de Villalba (Madrid).

¿Pero por qué nos ocurre? Para entenderlo, la especialista parte de que el esófago, que es el órgano propulsor de la comida desde la boca al estómago, está separado de éste por una válvula llamada 'cardias' o 'hiato'.

"Esta válvula se abre, pasa la comida, y se cierra evitando que el jugo gástrico ascienda. En ocasiones, el funcionamiento del cardias está alterado porque se puede desplazar hacia arriba, formando una hernia de hiato, no cerrar de forma adecuada o por aumento de presión en el estómago. De esta manera el ácido gástrico salpica las paredes del esófago y notamos el síntoma de 'ardor' que puede llegar hasta la garganta, sensación de regurgitación de la comida o gases con sabor u olor a comida", agrega.

Con ello, mantiene que las personas que presentan un cardias incompetente, hernia de hiato, o un exceso en la dieta de los alimentos previamente mencionados, pueden sufrir más reflujo.

"También no olvidemos que el tracto digestivo es el llamado 'segundo cerebro' porque posee un sistema nervioso que reviste todo el tejido del estómago y el sistema digestivo cuenta con sus propios circuitos neuronales y capacidad de segregar serotonina. Este neurotransmisor desciende en momentos de estrés y ansiedad, pudiendo empeorar los síntomas", agrega la especialista en aparato digestivo.

Qué hacer para evitarlo

Por eso, ve recomendable bajar el nivel de estrés, a través de meditación, de relajación o de mindfulness, en estos casos, al mismo tiempo que incide en que algunos alimentos contienen elementos químicos, como el azufre, que durante la digestión generan partículas volátiles convirtiéndose en gas. "Estos gases se expulsan en forma de eructos y pueden contener mal olor o sabor a comida. Dentro de estos alimentos, destacamos el ajo, la cebolla y el pimiento", agrega.

Sobre cómo podemos evitar que esto suceda, la doctora Olivares Valles enumera las siguientes recomendaciones:

  1. Realizar cinco comidas al día y de menos cantidad
  2. Comer despacio y masticando bien.
  3. No comer y beber a la vez. Espaciar los alimentos sólidos de los líquidos.
  4. Reposar tras la ingesta en una posición sentada o dar un pequeño
  5. paseo. Es mejor no tumbarse después de comer.
  6. Elevar el cabecero de la cama.
  7. Evitar usar ropa demasiado ceñida en la cintura.