Uno de cada tres españoles prefiere perder un avión o el regalo de su pareja antes que su teléfono móvil y no se despega del aparato ni para ir al baño, según sostienen dos encuestas realizadas por la multinacional de servicios de protección y asistencia CPP.

Los datos, distribuidos en nota de prensa, son un avance de un trabajo mas amplio sobre adicciones y dependencia del móvil que desarrolla CCP Móvil Seguro y se presentará este mes de junio.

En la primera consulta sobre hábitos y uso del teléfono móvil han participan más de 1.500 españoles en todo el país que, entre otras cuestiones, respondieron sobre el grado de protección de sus teléfonos y su posible reacción si lo perdieran.

El otro sondeo, el primer "control de Movilemia", o nivel de dependencia del móvil, realizado en España, tuvo lugar hoy en la salida de la estación de metro de Ciudad Universitaria de Madrid.

Según los encuestadores, para medir el grado de dependencia del teléfono se utilizó un test de hábitos de uso y nivel de protección del aparato, seguido de una entrevista con un psicólogo especialista en adicciones.

Los resultados revelan que más de la mitad de los españoles usan su móvil como si fuera un ordenador portátil y que en momentos íntimos o de pareja sólo lo apaga el 25% de los encuestados.

Durante las comidas, el 20% de los españoles deja el móvil encima de la mesa y más del 36% lo deja encendido y lee mensajes recibidos mientras está en el teatro o el cine.

La información revela que el móvil también está presente en nuestros sueños, porque el 58% de los españoles lo usa como despertador y el 5% se despierta por la noche para utilizarlo.

Aunque el 2% de los encuestados reconoce usar sus aplicaciones (mandar mensajes, consultar redes sociales, etc.) mientras conduce, el 28% lo desconecta o le quita el sonido cuando está al volante.

Sólo un 1,5 por ciento de los españoles opta por disfrutar de sus vacaciones sin su teléfono móvil y la mitad de los encuestados lo llevan consigo por si tienen una urgencia o para llamar a la familia.

Sobre el análisis de dependencia, un tercio de los encuestados antepone la pérdida de un día de vacaciones, antes que la de su móvil y un 1% prefiere que lo engañe su pareja que desprenderse de él.