Rare sorprendió a propios y extraños cuando, en 2015, presentó el primer tráiler de jugabilidad de 'Sea of Thieves', su último proyecto. La obra, que no aparecería hasta este mismo año, ha sido tildada desde su lanzamiento de diferentes maneras: algunos la consideran una joya, otros sectores piensan que se trata de un videojuego incompleto, la mayor parte de los que han jugado coinciden en que es divertidísimo, y otros asumen que es un juego cuyo atractivo no es lo suficientemente grande como para justificar su compra.

Cualquiera que sea el punto de vista, algo que debe quedar claro es que 'Sea of Thieves' es un producto nuevo, fresco. Quizá no sea apto para todos los paladares. Quizá dentro de unos meses los millones de piratas que a día de hoy surcan sus mares hayan abandonado la obra. O quizá, en el otro extremo, veamos como la comunidad continúa desarrollándose en busca de nuevas y divertidas aventuras mientras beben grog en la cubierta del navío. Sea como sea, el título de Rare entra fuerte en Xbox One y Windows 10 permitiendo el juego cruzado y construyendo, junto al jugador, una narrativa basada directamente en la experiencia del usuario. Cargad los cañones, agarrad el timón y rezad para que el viento esté de nuestra parte, porque 'Sea of Thieves' se convierte, por méritos propios, en una obra que hay que jugar, al menos, una vez en la vida.

La historia es el camino

Lo primero que hay que dejar claro es que este 'Sea of Thieves' no cuenta con una campaña de juego al uso. De hecho, nuestra primera partida comienza apenas sin entender cómo funciona el videojuego, y, en parte, ahí está la gracia del asunto. Comenzamos seleccionando uno de los piratas que la compañía ha puesto a nuestra disposición, pudiendo escoger entre numerosos diseños para hombre y mujer. No existe un editor de personajes, pero en el futuro, podremos comprar elementos estéticos para hacer de nuestra apariencia única.

Nuestro pirata aparecerá en una pequeña isla donde comenzamos a explorar los alrededores en primera persona. Poco a poco nos daremos cuenta de cómo funciona el juego y su sistema de misiones. Existen tres facciones en las que progresar: Acaparadores de oro, que, como su propio nombre indica, nos mandarán a buscar tesoros enterrados en islas; la Alianza comerciante, que nos envía a islas lejanas a buscar animales como puercos o gallinas; y, por último, la Orden de las almas, que proponen retos donde recuperar la calavera de un pirata fallecido tras haber derrotado una serie de hordas enemigas.

Básicamente son estas las misiones de las que se compone el videojuego. Al inicio tenemos algunas gratuitas para escoger, y, a medida que vamos aumentando reputación y los bolsillos aumenten con el oro, podemos comprar nuevos mapas y misiones más largas y complejas. En esencia, estas son las misiones que nos permitirán convertirnos en leyendas pirata. ¿Es suficiente como para mantener al jugador enganchado? Pues la verdad es que sí, pero con algunas matizaciones.

En primer lugar, el hecho de no contar con una trama narrativa al uso puede echar para atrás a más de uno. Y es que, con el paso de las horas, 'Sea of Thieves' puede tornarse un tanto repetitivo una vez hemos comprendido las mecánicas del juego. Sin embargo, al jugador más aventurero le importará más bien poco que la obra carezca de un inicio y un final, pues, al fin y al cabo, la historia es un camino que construyes junto a tu tripulación.

Compañeros a las buenas y a las malas

Y es que 'Sea of Thieves' se ha creado para jugarlo, principalmente, en compañía. Señalamos "principalmente" porque el juego cuenta con las herramientas necesarias -atajos, mensajes predefinidos, órdenes, objetivos- para disfrutar de él sin micrófono, aunque como es evidente, tener a una buena tripulación de compañeros será clave para que la obra alcance las cotas de diversión que se esperan de él.

Así pues, ponernos a navegar nos exigirá, desde el inicio, tener claro algunos conceptos: apenas podremos mover un galeón grande en solitario, la comunicación está por encima de todo y, como buenos piratas, debemos tener claro que la mar está llena de peligros, no sólo humanos, sino también monstruosos. Al comenzar cada partida podemos escoger si queremos optar por un galeón grande o pequeño, diferenciándose entre sí en su tamaño, velocidad y capacidad.

Aprendidos los conceptos, comienza la diversión. Y es que una misión sencilla, como puede ser buscar un tesoro enterrado en una isla cercana, puede complicarse -para bien- de diferentes maneras. Por ejemplo, podemos ver un navío hundido y a un miembro de nuestra tripulación lanzándose al mar para recuperar sus tesoros; encontrarnos de frente con un navío y comenzar así una batalla naval; ser paralizados por un monstruo marino; tener un motín a bordo; encallar contra una roca y tener que reparar el buque achicando agua; y un largo etcétera que preferimos no desvelar.

Así, cada misión es una aventura completamente única que sólo se desarrollará en función de la comunicación de los usuarios. ¿Queremos jugárnosla y empalmar varios viajes antes de ir a vender el cargamento a la isla? Podremos, por supuesto, pero si nos encontramos a corsarios enemigos y nos terminan robando, puede que lamentemos haber perdido unas horas preciosas de juego. También podemos hacer lo contrario: centrarnos en buscar a jugadores y acecharlos detrás de una roca hasta esperar a que abandonen el barco y, entonces, saquearlos. Las posibilidades son muchas, y, como suele ocurrir en este tipo de proyectos, será la comunidad la que marque el camino.

Un título audiovisualmente notable

Suele ocurrir con los títulos de Rare, y 'Sea of Thieves' no iba a ser una excepción. A nivel técnico, quizá este nuevo título no sea puntero y tampoco aproveche al máximo la capacidad de Xbox One X, pero, desde luego, el motor del juego es sólido, robusto, y funciona a la perfección. Sin embargo, el agua se torna una maravilla técnica digna de elogio, pues su oleaje y comportamiento incide directamente en la navegación. Para colmo, el agua está sincronizada para todos y cada uno de los jugadores dentro de la sesión, por lo que no existirán partidas paralelas ni combates navales injustos. El agua es, sencillamente, un hito de Rare que debemos aplaudir.

A nivel artístico es otra historia. Tanto el diseño de los personajes, como los enemigos y la fauna y flora derrochan ese estilo desenfadado que tan bien encaja dentro de un título como este. No es un apartado realista, ni lo busca, sino que ofrece una paleta de colores y unos diseños dignos de mención. La música, al mismo tiempo, es minimalista, y cuenta con melodías alegres y conocidas dentro de la escena pirata.

El punto más conflictivo de la obra, y esto es algo que hablábamos al inicio del análisis, es su contenido. El título carece de un sistema de progresión directo, es decir, el jugador que lleve 50 horas de juego tendrá la misma fuerza que uno que comience a navegar, ya que la progresión se reduce a títulos nobiliarios y cada elemento a comprar en las tiendas es meramente estético, lo cual puede disgustar a los jugadores más competitivos. Lo bueno de este sistema es que nunca tendremos que preocuparnos si durante un tiempo no podemos jugar, aunque reconocemos que no contentará a todo el mundo.

Sin embargo, es el contenido lo que asusta a la comunidad. Una vez completadas nuestras primeras misiones, y, al carecer de un modo campaña, la obra puede convertirse en rutinaria si Rare no añade mecánicas nuevas o misiones más complejas. Sabemos que hay un sector de jugadores muy dedicado a este tipo de obras, que no dejan el mando hasta completar al 100% una obra, es por ello que es más que necesario que la compañía deje claro su hoja de ruta para saber qué novedades veremos en el futuro.

Conclusiones

'Sea of Thieves', como decíamos al inicio, es un videojuego fresco y único. Una propuesta completamente diferente capaz de sorprender a aquellos que busquen experiencias nuevas. La obra es sencillamente divertidísima si contamos con algunos amigos con los que surcar los mares, y también funciona en solitario, aun perdiendo parte de su esencia. Además, permite un juego cruzado entre Xbox One y Windows 10, lo que, sumado a los requisitos mínimos del título en compatibles -puede jugarse, aunque con mínimas taras, en ordenadores de hace más de cinco años-, hará que gran parte de los jugadores de PC pruebe el proyecto.

Quizá no sea lo que muchos esperaban. En cualquier caso, estamos seguros de que la vida pirata dentro de este mar de ladrones es, desde luego, una de las experiencias que deben probar todos y cada uno de los poseedores de Xbox One y sistemas Windows en PC. Dicho esto, ¡nos vemos en la mar, grumetes!

'Sea of Thieves' - Gameplay. Vídeo: YouTube

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