En los 80 y 90 era muy común el hecho de que una sola persona se encargara de la creación de un videojuego. En algunos casos la fama y fortuna llegó a unos pocos desarrolladores, mientras otros quedaron en el recuerdo de una generación de 'gamers' ahora veteranos. Seguidamente llegó la industria del videojuego tal y como la conocemos, con presupuestos millonarios, en algunos casos desorbitados, y aquello quedó como una anécdota. Así quedó hasta hace unos años, cuando la industria Indie comenzó a florecer. De la imposibilidad de crear juegos de 100 millones de euros, toda una generación de desarrolladores ha tirado de ingenio y tecnología para crear una plataforma paralela llena de grandes joyas.

La senda de la creatividad

Esta nueva tendencia ha sido identificada por algunos editores de videojuegos, que la han aprovechado para abrir un interesante segmento abierto a la exploración, como MWM Interactive, hasta hace poco productora de películas y series de televisión que ahora compite en el sector del entretenimiento interactivo. El primero de los juegos que lanza es 'Mundau', un título realizado por el estudio Hidden Fields, pero que solo depende de un solo artista: el dibujante y programador Michel Ziegler, que ha creado una aventura de cero inspirada en los Alpes suizos. El título, disponible para todas las plataformas, tiene un marcado diseño, ya que Michel ha realizado todo el arte a carboncillo y así se ha integrado en el juego.

Mundaun– Lanzamiento:

El resultado es curioso y atractivo desde los primeros minutos. Según avanzamos la aventura se torna inquietante en ciertos momentos, pero también confuso en otros. Es una apuesta que funciona bien a la hora de dotar de una gran personalidad al juego que, sin embargo, aporta mucho más que su arte personal. Curdin, nuestro protagonista, se controla en primera persona. Tendrá que viajar al pueblo de Mundaun reclamado por el cura de la localidad por la muerte de su abuelo. A su llegada descubre que una serie de presencias fantasmales parecen dominar y aterrorizar a los vecinos del pueblo. La trama se plantea con bastante talento, pero el arte del juego le resta algo de interés: terrorífico, aunque muy inocente gráficamente.

Una propuesta interesante y original

El desarrollo de 'Mundaun' sigue el esquema de aventuras gráficas similares: el jugador se verá incitado a completar inventarios, leer diarios, y encontrar llaves para abrir puertas y más puertas. En este periplo se mezclan invariablemente puzles, algo de acción, sigilo y propuestas mecánicas con sabor clásico, como el paso de las horas, que influirá decisivamente en la aventura.

Los escenarios y habitaciones son muy similares y las salas monocromas no llaman la atención tras unas horas de juego. Eso sí, se han aplicado con mucho acierto una serie de interrupciones en la trama, algo parecido a flash-backs para pasar a una especie de ensoñación o visiones que nos permiten ver el pasado u otra dimensión, donde habitan los espíritus. Es un recurso muy propio del cine que se ha implementado con talento en este juego, ya que quizá es lo más destacable e interesante del conjunto. Resulta interesante comprobar cómo, entre flash-back y visiones se desenvuelve la trama, poco a poco, en primera persona. En este aspecto se aprecia una narrativa muy discursiva que se consume casi como una película a lo largo de las 6/8 horas que puede estirar la producción.

Conclusiones

'Mundaun' es una producción 'indie' que no pretende agradar a todo el mundo, tan solo procura devolvernos ese soplo de aire fresco de los 80 y 90 cuando se exploraban nuevas formas de comunicar, de hacer videojuegos, de propuestas lúdicas que acertaban en dos cosas y fallaban en seis, pero que aun así merecían la pena. Nos ha gustado su aire cinematográfico y su forma de contar la historia. Según su desarrollador, el juego cuenta con hasta 5 finales diferentes, algo que nos permitirá disfrutarlo y exprimirlo en un fin de semana. Definitivamente recomendable si piensas que ya lo habías visto todo.