En 1980, a través de una serie de coincidencias, dos completos desconocidos, Robert Shafran y Edward Galland, de 19 años, descubrieron que eran gemelos idénticos. Habían sido separados al nacer, adoptados y criados por diferentes familias. La historia se publicó en el New York Post y otro joven de 19 años, David Kellman, se dio cuenta de que era trillizo de estos. Después de una alegre reunión, se convirtieron en la sensación de los medios de comunicación. Fueron entrevistados por Tom Brokaw y Phil Donahue, salían de fiesta en el Studio 54 e incluso aparecieron en una película con Madonna. Pero el descubrimiento de los hermanos puso en marcha una cadena de eventos que, décadas más tarde, desenterraron un secreto extraordinario e inquietante. Los trillizos, junto con muchos otros, habían sido separados al nacer con motivo de un estudio científico que investigaba cómo influyen la genética y el entorno en el desarrollo de la personalidad.