Un premio en forma de cheque a cambio de jubilarse más tarde, es lo que propone el Gobierno en su reforma de las pensiones, un pago único de entre 4.700 y 12.000 euros por cada año que se retrase la jubilación. Una medida polémica, que el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá ya ha explicado a la comisión del Pacto de Toledo, pero que todavía está negociando con patronal y sindicatos. El objetivo es que la edad real de jubilación, los 64 años y medio, se acerque a la edad legal, que ahora está en los 66 años.Para eso, además de incentivos, la reforma también plantea endurecer las penalizaciones para los que se jubilen antes de tiempo. A quienes se castigaría sobre todo es a los tienen salarios más altos.