Este jueves en el juicio por el accidente del Alvia en Santiago ha habido una declaración muy esperada y que podría ser determinante: la del encargado de la formación de los que manejan los trenes, el jefe de maquinistas. Escribió un correo días después de la inaguración de la línea y un año y medio antes del accidente en el que advertía de los problemas en el punto kilométrico clave en la tragedia. La causa, decía, una reducción drástica de la velocidad. El formador solicitaba señalización porque un despiste podría ser fatal. Un correo que remitió a su jefe de RENFE, pero no le consta que llegara a nadie de ADIF (el único en el banquillo por la seguridad en la línea). También habló del uso de los teléfonos. Asegura que era obligatorio para los maquinistas contestar llamadas con el teléfono corporativo aunque pedía prudencia.