El acusado de matar y violar a Elisa Abruñedo, en septiembre de 2013 en Cabanas (A Coruña) ha manifestado, al ejercer el derecho a tomar la última palabra en el juicio celebrado en la Audiencia de A Coruña, que ese "momento puntual" de su vida "no tiene nada que ver" con su forma de ser "ni la de los 39 años anteriores".
"No hay forma de justificar esto, ni yo mismo puedo, no lo entiendo", ha sentenciado en la última sesión frente a su postura de mantener silencio y no declarar a las preguntas de los letrados el primer día de la vista. Estas palabras las ha pronunciado mostrando un tono compungido por momentos y tras un juicio con postura cabizbaja.