Britney Spears por fin recupera su vida. Finalmente, su padre ha renunciado voluntariamente a su tutela. La que le concedieron hace 13 años, cuando la artista fue ingresada en un centro psiquiátrico. Se trataba de una medida temporal que se convirtió en permanente porque, en teoría, mejoraba sus posibilidades de recuperar la custodia de sus hijos. Desde entonces, Jaime Spears, controlaba la carrera, la fortuna de su hija y hasta los detalles más minúsculos de la vida de la estrella del pop. Britney estaba obligada a acudir tres veces a la semana al psiquiatra, en una oportunidad su padre la forzó a internarse en un centro de salud mental por no acudir a un ensayo o incluso la propia artista dio a entender que esa custodia legal le impedía ser madre de nuevo. Así lo relató ella misma en un demoledor testimonio ofrecido este verano que incendio las redes sociales y movilizó a seguidores y compañeros. Tras meses de batalle legal, su padre da un paso atrás. La diva del pop vuelve a ser libre.