Una procesión de esclavos entre la niñez y la adolescencia dando saltitos para poder avanzar con las cadenas que todavía arrastran. Un puñado de críos, asustados ahora, después de ser maltratados durante meses e incluso años.maltratados durante meses e incluso años Muchos hasta la tortura, como un grupo que no puede casi caminar por las terribles heridas de cortes en la espalda. Los que ahora lloran desconsolados tras la liberación estaban encerrados en una pseudo escuela coránica al norte de Nigeria. Grilletes alrededor de los tobillos y la mirada perdida de un chaval encadenado aún a la llanta desnuda de un neumático. Las familias los habían dejado para que les formasen, pero en realidad era un encierro de pesadilla con, incluso, una sala de torturas donde les castigaban y hasta les violaban. En la nómina de esta clase del dolor, un niño de cortísima edad que escapa con su padre después de que la policía atendiese a denuncias de los vecinos y acudiese para detener al monstruoso claustro de siete personas que ha perpetrado los abusos.