Los convoyes de vehículos militares rusos son ahora más largos que nunca; ya no hay tan poco espacio entre vehículos como cuando en febrero, entraron por primera vez en territorio ucraniano. Ahora guardan una distancia mayor para atenuar los efectos de minas o explosivos que la resistencia haya colocado en el camino, para que, si estalla una, que afecte a un solo vehículo, y no a dos o tres.