El poder destructor del volcán es cada vez mayor. Ya son más de 640 hectáreas afectadas, casi 28 más que ayer. Y el horizonte continúa negro para los palmeros porque nada indica que se vaya a detener en los próximos días. Lo más preocupante es el avance de la colada norte y esa inquietante mancha negra incandescente arrasa, cada vez más hogares y negocios. Ya son 1,541 edificaciones afectadas y 83 en riesgo extremo. Destrucción a cámara lenta que los angustiados vecinos del valle de Aridane presencian cada día, prismático en mano. Todos son espectadores y también protagonistas de este drama colectivo.