El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños quiere conseguir, antes de la primera semana de febrero, los votos necesarios para convalidar la reforma laboral pactada por el Ejecutivo con la patronal y los sindicatos. Una votación que está ahora mismo en la cuerda floja ante el "no" anunciado por los socios de investidura. Bolaños asegura que votar en contra de la reforma laboral es “votar a favor de la reforma de 2012", que fue una reforma "brutal" contra los trabajadores, "impuesta, unilateral y absolutamente desequilibrada".