El PP gana en 8 de las 12 comunidades que estaban en juego. Y lo hace sumando seis más de las que tenía. Con la Comunidad Valenciana entre ellas, donde doblan diputados, de 19 a 40, y podrán gobernar, ocho años después, esta vez con el apoyo de Vox.

El socialista Ximo Puig crece cuatro escaños, pero ve caer su ejecutivo tripartito del pacto del Botànic por la caída de Compromís y la desaparición parlamentaria de Podemos.

Los socios también lastran el tercer intento presidencial del socialista Lambán en Aragón, que reconoce la derrota. El popular Jorge Azcón pasa de 16 a 28 diputados y podrá sumar mayoría con Vox en las Cortes.

Un castillo de naipes autonómicos que también vira del rojo del PSOE al azul del PP, si suman el apoyo de la formación de Abascal, en Baleares y Extremadura, donde dicen adiós Francina Armengol y Guillermo Fernández Vara.

García Page, en Castilla-La Mancha, es el único socialista que mantiene la mayoría absoluta autonómica para gobernar. Barbón, en Asturias, también mantendría el Principado, pero con la suma de las fuerzas a su izquierda.

En Canarias, el PSOE pierde dos escaños, pero vuelve a ser la fuerza más votada. Eso sí, lejos de una mayoría absoluta en la que será clave Coalición Canaria como posible bisagra. En Navarra, gana UPN, pero la socialista María Chivite podría continuar en la presidencia si incluye en la ecuación a Geroa Bai y Bildu.

En Cantabria, el regionalista Revilla pierde seis diputados y toda opción de reeditar gobierno con el PSOE, que pasaría a manos de un PP como fuerza más votada, pero que también necesitaría a Vox. Lo mismo que el popular López Miras en Murcia, que mantendría gobierno a dos escaños de la mayoría absoluta.

Donde sí podrá gobernar el PP sin Vox, además de Madrid, es en La Rioja, con Gonzalo Capellán como sustituto presidencial de la socialista Concha Andreu.