Los vecinos alertaron del mal olor en el bloque. Y podrían haber avisado antes si no fuera porque el asesino dejó los cuerpos de los dos hermanos envueltos en sacos y rodeados de ambientadores. “Había dos personas, una al lado de la otra en una habitación pequeña con ambientadores, embolsados, atados y llevaban veinte días muertos. No es una situación normal de fallecimiento”, ha explicado Juan Carlos Moragues, delegado del Gobierno en Valencia.