Vuelo Frankfurt Bilbao, 168 pasajeros a bordo. El piloto está a 900 metros de altura y a punto de tomar tierra, pero de repente, tres drones se cruzan en su camino. El comandante sólo puede aterrizar sano y salvo si lo esquiva con una maniobra evasiva. Cuando la Ertaintza llega a Larrabetzu, donde sobrevolaba el dron, no hay ni rastro de los propietarios. Saben que habían entrado en los 15 km de espacio restringido aéreo y se enfrentan a una sanción grave de hasta 225 000 euros.