Uno de los arrestados aprovechaba su trabajo en una tienda de reparación de smartphones para, tras vulnerar las claves de seguridad, acceder a los datos sensibles de los terminales que las víctimas llevaban a reparar y, de esta forma, tener acceso al correo electrónico, la galería de fotos y a la totalidad de las contraseñas de sus aplicaciones, incluyendo las de banca electrónica.