La natalidad en nuestro país sigue en caída libre. Las españolas se han convertido ya en las europeas que menos hijos tienen y las que más tardan en ser madres. Nada que ver con lo que esperaban o lo que les hubiera gustado. Según un estudio, tendrían dos hijos antes de los treinta años. Hay que retroceder al blanco y negro para encontrar una mesa tan concurrida a la hora de comer, pero a partir de la crisis de 2008 la natalidad ha caído en picado. Las veinteañeras ni se plantean ser madres. Las españolas son las que más retrasan la maternidad y tienen menos hijos de los que desean. Hay que remontarse 40 años para que la familia habitual sea como la de Los Orellana. Los hijos se van de casa a los 29 años y los nietos llegan con cuenta gotas. El relevo generacional está en peligro, el 19 por ciento de las mayores de 45 años no tiene hijos.