El día era perfecto para surfear estas olas del Atlántico, en una playa de Isabela, en Puerto Rico. También para grabarlas. Pero cuando emergen los surfistas detrás surge una imponente aleta de un tiburón que merodeaba la zona. El deportista lo ve y, subido a la tabla, rema con fuerza para alcanzar la orilla y ponerse a salvo evitando, por unos segundos, un posible ataque que habría resultado fatal. Los avistamientos de tiburones son raros en esta zona, aunque todo el que se mete en estas aguas sabe que son el habitat natural de esta temida especie.