Esta mañana se ha aprobado por unanimidad en el congreso la ley ELA y ha conseguido algo insólito: unir y poner en pie a todos los grupos. Con esta alegría lo celebraban en una de las salas de la cámara baja los enfermos y sus familias. Muchos de ellos a pesar de sus limitaciones físicas no han querido perderse este momento por el que han peleado tanto. Con esta ley se pretende facilitar la vida a los enfermos de ELA garantizándoles, entre otras necesidades: Unos cuidados sin coste las 24 horas al día en los casos más graves, agilizar el reconocimiento de su dependencia y blindar el servicio eléctrico para los que necesiten aparatos conectados a la red. Una forma de aliviar el peso económico que supone la enfermedad. Se calcula que una persona con ELA en fase avanzada puede llegar a gastar unos 114.000 euros al año.