Blindarse frente al barro es una precaución sanitaria básica para ponerse manos a la obra. Importante que la mascarillla sea FFP2 y cambiarla a menudo. No sólo para evitar el contacto con el agua, sino por el aumento del polvo en suspensión. Y al terminar se recomienda el mismo protocolo de limpieza que en el Covid.

Estas aguas estancadas son caldo de cultivo de patógenos, bacterias y algunos viruso como el de la hepatitis A. De forma menos frecuente de leptospirosis, una enfermedad bacteriana de la que Sanidad ya ha confirmado dos casos. Se transmite por contacto con fluidos de roedores. Entre personas es extremadamente rara.

Más precauciones: No descuidar las heridas y ventilar los espacios, la humedad está creando moho y en las personas mayores puede agravar problemas respiratorios. En ese caso la recomendación es abandonar temporalmente las viviendas.