LA SOLUCIÓN

Al traspasar un límite realizamos una proeza que quizá al otro lado no merezca tal consideración.

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No asisto a fiestas. Algunos me lo reprochan con acertados calificativos como: asocial, huraño, senil etc. A otros, más ingeniosos, les ha dado por asegurar que me quedo en casa para estudiar latín, por aquello de declinar las invitaciones.

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En los encerados apenas se escribe en color. Es una injustiza.

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Está pasado de vueltas al pasado.

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Tarde o temprano la vida nos dejará por otro.

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Los buitres no tienen fondo.

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Suscribo todas las palabras que no ha dicho nadie.

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Quizá las mejores cosas que nos han pasado sean las que no queremos repetir bajo ningún concepto.

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Todo puede solucionarse mientras no tenga solución. Cuando se encuentra, pierde todo interés para aquellos capaces de acometerla.