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hockey sobre patines

Sufrir para sonreír

Adrián Candamio marcó una falta directa a falta de 1.25 para la conclusión que dio la victoria al Cerceda, que se sitúa a un punto de la permanencia

Sufrir para sonreírvíctor echave

Un minuto y 25 segundos interminables. Lo que pasó desde que Adrián Candamio marcó de falta directa el 3-2 hasta que sonó la bocina que certificó el triunfo, el segundo seguido, del HockeyGlobal Patín Cerceda ante un rival directo por la permanencia como el Alcoy. Una alegoría de lo que puede ser la temporada. Sufrimiento hasta el final pero final feliz. No se vio la mejor versión de los rojiblancos, con muchas imprecisiones y pocas ideas en ataque; nervios y tensión. Por encima de la media, el portero Martín Rodríguez, salvador en momentos clave del duelo, y Jacobo Mantiñán, perpetuamente instalado en el notable alto. Pero el honor le tocó a Adrián Candamio. Juan Copa apostó por darle a él la directa decisiva. La ausencia de Martín Payero está penalizando a los coruñeses en las acciones a bola parada y Peli, el otro especialista, ya había fallado una y estaba en el banquillo, cabreado tras un encontronazo sobre la pista. Toda la responsabilidad sobre unos hombros de 19 años. Y no decepcionó. Amagó el tiro directo, se fue hacia la derecha, después a la izquierda y con un último quiebro dejó en el suelo al portero y marcó el gol del triunfo.

Mal día para el Cerceda, pero no en actitud. Se adelantó pronto, dispuesto a marcar el terreno desde el principio. Togores desvió un tiro de Grasas para abrir el marcador. Duró poco la alegría cuando el cazagol por antonomasia Gonzalo Pérez rebañó una bola para empatar. Conocía bien el González Laxe esa faceta del asturiano, pero era la primera vez que en vez de beneficiarse de ella, la sufría. El partido se electrizó, a lo que contribuyeron los errores de ambos. Muchas pérdidas en el centro de la cancha que propiciaban contras. Respondieron bien los porteros. Grau frenó a Peli en un par de ocasiones en las que el delantero local remató un poco desviado. Martín sacó un par de manos a remates visitantes y una estirada que impidió que Gonzalo remachara en el segundo palo. El banquillo local se empezaba a poner nervioso. Pedía calma. La tranquilidad la dio Mantiñán. A poco más de un minuto para el descanso sacó toda su sangre fría para recortar a un defensa en el área y anotar el 2-1.

En la segunda parte, de nuevo más errores que aciertos. Y los porteros sacaron provecho. Martín se lució por dos veces. Los árbitros le obligaron a ello. Paró una falta directa a Formatjé, pero mandaron la repetición, con idéntico resultado. Tampoco convirtió el Cerceda su ocasión a bola parada. Peli se estrelló contra el palo. Lo que la madera te quita, después te lo da: en la misma jugada salvó dos veces el empate del Alcoy. Ya nada pudo hacer en la directa de Mangas para el 2-2. Tras él, los coruñeses comenzaron un asedio. Suyas fueron la mayoría de las ocasiones, sin premio. Por eso la falta directa con la que se encontró el Cerceda a falta de 1.25 parecía decisiva. Y así fue. Pudo sentenciar con otra pocos segundos después. No hizo falta. Tres puntos para respirar, pues la permanencia ya está solo a uno. Ahora le toca pensar en remontar el próximo sábado al Matera el 5-1 de la ida en la Copa CERSCopa CERS.

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