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Cuatro años más de espera

Vanesa Rial y Paula Medín serán las únicas representantes coruñesas en Río, aunque hubo otros aspirantes que se quedaron a las puertas del sueño olímpico

Los Juegos Olímpicos son el sueño de cualquier deportista y pocos son los privilegiados que pueden contar que han disputado unos. En 2016, solo habrá dos coruñesas, las jugadoras de rugby Vanesa Rial y Paula Medín, en este selecto grupo. Sin embargo, otros atletas locales se quedaron a las puertas de cumplir con su objetivo y tendrán otros cuatro años por delante para llegar a Tokio 2020. Su juventud será su principal aliada.

La más experimentada es la regatista Sofía Toro. Después de su oro en Londres 2012 en la clase match race junto a la ourensana Támara Echegoyen y la asturiana Ángela Pumariega, ha pasado cuatro años con altibajos. Le tocó dar el difícil paso de despedirse del Xiquitas Team y empezar una nueva aventura. Eligió la clase 470, una de las más exigentes, y tuvo que empezar de cero. Primero, encontrar una tripulante. Probó primero con la viguesa Patricia Suárez, pero sus continuas lesiones no dejaban avanzar a la pareja. Lo intentó también con Laura Sarasola, del Club Marítimo Oza O Puntal, un dúo coruñés que alcanzó sus mejores resultados en el Mundial de 2015 de Israel, donde se vieron por primera a la cabeza de la flota con las mejores especialistas. Y a principios de 2016 cambió a herculina por la barcelonesa Nora Brugman. Con pocas horas de navegación juntas, se plantaron en el Mundial y el Europeo, las dos pruebas que seleccionarían al barco que representaría a España en Río. Esto fue un lastre y el billete fue para Bárbara Cornudella y Sara López, pero para la coruñesa no supuso el fin, sino el principio del camino hacia Tokio.

En el caso del haltera Víctor Castro, los malos resultados del equipo español en el último Mundial fueron lo que le dejaron con la miel en los labios. La formación masculina nacional había conseguido cuatro plazas en 2015, pero no las pudo conservar este año y estas bajaron a tres. El coruñés, campeón de Europa sub 23 en 2014, es el cuarto en discordia, con tres levantadores españoles por delante de él (Josué Brachi, David Sánchez y Andrés Mata) por lo que se quedó como primer reserva. Algo parecido le ocurrió a su compañera en el CH Coruña Irene Martínez. La herculina, que entrena en Madrid en el Centro de Alto Rendimiento, se quedó sin opciones cuando el equipo femenino, merced a sus resultados en el Mundial, solo obtuvo una plaza para Río. Esta llevaba inscrito un nombre, sin discusiones, el de la campeona de Europa Lidia Valentín, que además está a la espera de proclamarse campeona olímpica de Londres 2012 tras el positivo de las tres que le precedieron en la cita de hace cuatro años. Si hubiese más plazas para el equipo femenino, esta podría haber recalado en la coruñesa, pero también tenía otras contendientes como Estefanía Juan y Atenery Hernández, que serán presumiblemente sus rivales de aquí a Tokio.

A última hora en la carrera hacia Río se metió Mauro Triana, casi sin querer. El atleta en ningún momento se había puesto en sus objetivos de la temporada clasificarse para los Juegos Olímpicos, ni siquiera para el Europeo. Pero la selección española se fijó en el pupilo de José Carlos Tuñas para el relevo de 4x100 metros. Lo probaron en los Juegos del Mediterráneo júnior. Funcionaba. Sus marcas en el Campeonato de España promesa, donde hizo doble récord gallego de 100 y 200 metros, lo confirmaron. Se plantó en el Europeo a la par que las opciones de España crecían enteros con el crecimiento de un velocista como Bruno Hortelano, que se convirtió en el español más rápido de la historia con 10.06 en el hectómetro y 20.18 en 200 metros -con corona continental incluida-. Sin embargo, Hortelano no disputó el relevo y este se quedó a tres centésimas de una final en la que se iba a luchar por la clasificación para Río 2016. Si se echa la vista atrás cuatro años, en Londres 2012, Mauro Triana casi ni había empezado en el atletismo y estaba centrado en pruebas de salto. La velocidad llegó después. La mejoría en este periodo ha sido tal que no se sabe hasta dónde puede llegar dentro de otros cuatro.

En otro ciclo olímpico pueden aflorar también otras promesas. Los deportistas coruñeses más jóvenes han ganado numerosas medallas este verano en los Campeonatos de España de categorías inferiores. Una cantera con cantidad y calidad a la que solo falta mejores instalaciones para poder dar el salto definitivo a luchar con la elite de sus respectivos deportes.

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