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Zach Monaghan posa en el Palacio de los Deportes apoyado en una de sus canastas. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

Zach Monaghan: “Cuando jugaba en otros equipos, mi corazón siempre estaba en A Coruña”

“¿Adiós? Es muy duro, pero los dos últimos años han sido difíciles para todos”

Zach Monaghan (Illinois, 1992) llegó siendo “un niño loco” al Leyma y se va del club, que no de la ciudad, como una leyenda. Explica las razones del adiós y de cómo se produjo el flechazo. El Marín Peixegalego, en EBA, le espera.

¿Cómo está? ¿Cómo lleva la noticia de decir adiós al Leyma?

Es duro, nunca son situaciones fáciles. Hablé con el nuevo entrenador (Diego Epifanio), no íbamos en la misma dirección. Es parte de la vida, nadie se muere. Quiero seguir creciendo, estoy listo para luchar.

Muchos en el Palacio, en A Coruña tienen claro que no se va un jugador más. ¿Es consciente?

Me alegra. Antes que jugador soy aficionado, soy ese niño que estuvo, que está en las gradas y si tienes un momento, diez segundos para ellos, puedes servir de inspiración.

No quiero jugar en otro equipo de LEB Oro, pero estoy contento de seguir peleando este año por mis sueños

Pero no solo por los gestos, también por su baloncesto diferente...

De niño a mí también me gustaban jugadores como Steve Nash. No eran los más grandes, pero jugaban con corazón. He disfrutado al máximo en A Coruña, son momentos que no olvidaré. Es duro, es una decisión que no es fácil, pero los dos últimos años han sido difíciles para todos. Es una pena no seguir luchando juntos por llegar a ACB, pero quiero volver a disfrutar del baloncesto.

¿Qué le da A Coruña y el Leyma para sentirse tan identificado?

Llegué, aprendí español, la gente me aceptó. Me emociona mucho todo, los momentos que he vivido. Es algo muy personal, cuesta expresarlo con palabras. Cuando llegué con 22 años, de Chicago, era un niño loco y hablaba con Tito, con Chaly, con Ángel... Una familia. Este deporte es especial y cómo lo entienden, cómo trabajan... Al principio hacía mis números, mis asistencias en la pista y seguía mi camino en el baloncesto, pero cuando jugaba en otros sitios, mi corazón siempre estaba en A Coruña. La gente, los de Casa Novo... He sentido un feeling muy especial. Estoy contento de haber hecho crecer el baloncesto en A Coruña. No quiero jugar en otro equipo de LEB Oro, pero estoy contento de seguir peleando este año por mis sueños.

Me emociono cuando paso por la pista de Labañou y la veo con llena y a los niños con la camiseta del Leyma

¿Ya sabe dónde jugará?

Casi seguro que en Marín. Es un nivel un poco más bajo (liga EBA), pero busco mi mejor versión y estar cerca de mi casa, en A Coruña. Quiero seguir con mis relaciones, ver al Leyma llegar a ACB, ser una inspiración para los niños.

Donde inspiró, donde dejó huella es en la pista de Labañou...

Estoy muy orgulloso de haberles ayudado (a construirla). España es un país de fútbol, pero cuando paso por ahí y la veo llena y a los niños con la camiseta del Leyma me emociono. Me gusta que crezca este deporte, pensar en la comunidad.

Casi seguro jugaré en Marín. Es un nivel un poco más bajo, pero busco mi mejor versión y quiero estar cerca de casa

¿No ascender fue la gran pena que le ha quedado?

Sí, es cierto. A Coruña merece estar en ACB y disfrutar ahí al máximo.

¿Tendrá tiempo para seguir al Liceo de cerca como hasta ahora?

Compartía pista con ellos (ambos equipo se entrenan en el Palacio) y tengo una gran relación con Dava (Torres). Gracias a ellos me he sentido uno más de su familia. La verdad es que me lo pasé muy bien en Reus (a donde viajó como aficionado y donde el Liceo logró su última liga). Dava lleva el número ocho en la camiseta y fue la octava liga. Salió todo perfecto.

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