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Dos partidos dentro de uno

Dos partidos dentro de uno

El domingo en Riazor hubo dos partidos dentro de uno mismo: uno hasta la expulsión y otro después. Fueron además muy diferentes, en el primer tiempo, sobre todo los primeros 20 minutos, el Dépor estuvo muy atascado. El posicionamiento del Celta B, con ese 5-2-3 y los tres jugadores de arriba presionando muy bien la línea de creación del Deportivo, atascó el juego que buscaba Óscar Cano de combinar e intentar superioridades. Ahí el Celta B estuvo bien defendiendo en pocos metros, aunque es cierto que sin amenazar a nivel ofensivo, esperando su momento de partido. A partir de la expulsión el Dépor tuvo más paciencia con balón, aunque no estuvo brillante. Al partir del primer gol dominó el partido a placer y gestionó su superioridad muy bien.

El Deportivo, sin embargo, tuvo una falta de movilidad importante en la primera mitad, sobre todo alrededor del poseedor del balón. Tanto Rubén Díez como Isi Gómez se venían demasiado atrás a recibir, casi a la altura del poseedor si era Villares o de las centrales. El equipo necesita ganar más altura para llegar a campo contrario con el balón controlado. Lucas busca descolgarse, pero cuando lo hace es más efectivo si tiene un delantero más fijo, aunque el ejemplo podría no servir porque el Celta B ya estaba con diez. Como segundo punta se mueve con más libertad que desde la posición de nueve. Ahí los centrales se quedan sin referencia y no tienes a nadie que ataque la última línea con amplitud porque solo lo hace con lo s laterales. Tanto Quiles como Soriano juegan más adentro y el equipo se atasca por esa falta de movilidad y sobre todo por las alturas a las que juegan los futbolistas interiores.

No me gustaría hablar solo de Svensson porque el domingo el Deportivo estaba con uno más, pero es cierto que cuando hay alguien tan agresivo como él libera mucho a los que están por detrás. Ahí puede aparecer Lucas con más espacio y tiempo para tomar mejores decisiones. En el primer tiempo creo que faltó movilidad, sobre todo en las alturas de los interiores para mover el balón con más velocidad y para progresar ganando la espalda de la primera línea de presión del Celta B, que es donde el Dépor no encuentra esa claridad, se va atascando en el inicio y empieza a ser mejor cuando roba y puede transitar rápido.

A estas alturas de la temporada, sin embargo, los equipos también te conocen mejor y defienden en menos metros. No es necesario que vayan muy arriba, esa distancia en la que se situó el Celta B lo tenía bien trabajado para un partido once contra once.

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