La dirección de Alu Ibérica revela "graves irregularidades de gestión en el pasado"

La nueva dirección del fabricante de aluminio Alu Ibérica asegura haber detectado a lo largo de su corta gestión de mes y medio en las fábricas de A Coruña y Avilés "numerosas irregularidades por parte de los gestores anteriores". Antes de que Grupo Industrial Riesgo se hiciera cargo de Alu Ibérica (antigua Alcoa), la gestión correspondió a Parter Capital Group AG, que a su vez sucedió en labores directivas a la multinacional Alcoa el 1 de agosto de 2019.

Los actuales gestores aseguran que "no existe la formulación de las cuentas anuales correspondiente al ejercicio 2018-2019, lo que constituye una grave irregularidad". Estas cuentas, añaden, "deberían haberse cumplimentado en enero de este año por los anteriores gestores, pero no ha sido así. De esta manera, la nueva directiva se ve imposibilitada de presentar el Impuesto de Sociedades correspondiente a ese periodo".

Desde la dirección de las plantas se han detectado otras anomalías, "como una deuda descontrolada y el mantenimiento de clientes a pérdidas durante años, fuese cual fuese su cuenta de resultados". En este sentido, los nuevos gestores de la compañía se preguntan "por qué se mantuvieron esos clientes a pérdidas durante tanto tiempo, por qué se hizo si había posibilidades de reconducción, cuál era el objetivo real de las ventas". Ante la falta de gestión "responsable", Riesgo dice que han tomado "el control de dichos procesos, restableciendo la relación comercial adecuada para lograr resultados fructíferos".

Frente a la denuncia de índole laboral presentada por el comité de empresa en la Inspección de Trabajo, la nueva dirección asegura que está elaborando "un informe minucioso de cómo ha sido la gestión del personal y de recursos por parte de los gestores anteriores, que servirá de base para aplicar acciones con el propósito de corregir las irregularidades que se detecten". Alu Ibérica añade que cuenta en su equipo "con expertos en materia laboral que tomarán medidas contundentes frente a toda amenaza o agresión interna o externa".

La nueva dirección de Alu Ibérica manifiesta su voluntad de realizar una "gestión transparente" y así "desvincularse de etapas anteriores". Desde la directiva afirman: "No vamos a dejar que las familias que dependen de estas fábricas piensen que somos nosotros los responsables de una situación que debería de haberse subsanado hace tiempo. El engaño y la desidia han conducido a las plantas hasta su actual situación". El comité de empresa en A Coruña también denunció en los últimos años la gestión de la planta.

Grupo Riesgo ha anunciado esta semana la incorporación de tres directivos internacionales a su comité de expertos para impulsar su plan en A Coruña y Avilés, ante lo que avanza que será "una posible semana de cambios y posiciones". La compañía justifica, con estos movimientos, que "mueve ficha tras las presiones recibidas" y resalta que los fichajes "estarán preparados para movilizar todos los medios y recursos disponibles para solidificar la posición de la compañía frente a los ataques externos".

Henny Haisma, con largo recorrido en el sector del aluminio tras pasar por empresas como DAMCO y Klesch, "tomará las riendas de la gestión de la producción en ambas fábricas para garantizar el posicionamiento de la empresa". Karsten Pronk, director de Wuppermann Group, "acelerará el análisis de las inversiones en ingeniería de la operativa actual con el fin de suscitar cambios para la mejora de producción de tochos de aluminio y para garantizar el futuro del aluminio verde circular previsto en el plan industrial". Y Gerwin Smaal, directivo de DAMCO, "apoyará al departamento jurídico del grupo en las negociaciones con Parter y Alcoa".

El comité de empresa de Alu Ibérica en A Coruña, que denunció ante Trabajo un posible sabotaje en las plantas con la gestión de los nuevos dueños, mantuvo ayer una reunión con el conselleiro de Industria, Francisco Conde, quien instó a Riesgo a presentar "lo antes posible" su plan industrial. Los trabajadores reprocharon a la Xunta su ausencia en los procesos por los que ha pasado la empresa y le pidieron que se realizase una auditoría.