Las cuatro posturas del PP
Feijóo, Sáenz de Santamaría, Basagoiti y Carmen Fraga expresaron con pocas horas de diferencia opiniones distintas sobre la crisis
En unas pocas horas, el PP ha proporcionado hasta cuatro voces distintas, y no necesariamente coincidentes, acerca de la grave crisis suscitada por el secuestro del pesquero Alakrana en aguas del Índico. La portavoz del Congreso, Sáenz de Santamaría; el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti; el presidente del PP gallego y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; y la presidenta de la comisión de Pesca del Parlamento Europeo y eurodiputada del PP, Carmen Fraga, han aportado versiones distintas. A primera hora de ayer intervenía en Radio Nacional Antonio Basagoiti, con un mensaje explícito y claro: "Ahora toca apoyar al Gobierno", dijo. El líder del PP vasco coincide sin embargo con su compañera de partido, Soraya Sáenz de Santamaría, en que el Ejecutivo no ha gestionado bien la situación. Eso sí, cree que no es momento de polemizar sino de dar un apoyo cerrado al Gobierno.
Sáenz de Santa María sostuvo que al Gobierno le ha faltado estrategia y que no ha sopesado los pros y contras de la iniciativa para acabar con este secuestro y culpó directamente a la vicepresidenta De la Vega de no haberse tomado este asunto suficientemente en serio. Opinó que el Gobierno se ha visto absolutamente desbordado y tampoco se ha dado a las familias la tranquilidad y el sosiego que demandaban.
El presidente gallego, Núñez Feijóo, anunció que seguirá apoyando, por responsabilidad, las gestiones del Gobierno, a pesar de que sea muy discutible su actuación. Pero insistió en que el Gobierno estatal es el único interlocutor que garantiza la seguridad e integridad física de los marineros capturados. Insistió en la conveniencia de no tensionar más la situación porque cualquier refriega política puede deteriorar la situación.
Carmen Fraga, por su parte, reclamó a la UE que modifique la Operación Atalanta contra la piratería en aguas del océano Índico para proteger a todos los pesqueros. Para Fraga, el uso de medios de seguridad privada en los buques de pesca plantea más interrogantes sobre su conveniencia que garantías de eliminar los riesgos.
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