Las lluvias amenazan con aumentar la erosión de las Fragas
Edafólogos advierten de que la consecuencia más inmediata del incendio en el parque natural eumés será la pérdida de nitrógeno, con la consiguiente reducción de la fertilidad
La previsión de lluvias a partir de mañana amenaza con agravar la catástrofe medioambiental en las Fragas do Eume. Aunque las precipitaciones facilitarían la extinción de las llamas que desde el sábado avanzan sin tregua por el último bosque atlántico de Europa, no tendrían los mismos efectos sobre el suelo del parque natural ni sobre el Eume. Erosión del terreno, contaminación del río y difusión de especies invasoras. Si tras el fuego que redujo a cenizas cerca de 400 hectáreas del enclave natural se produjesen lluvias intensas, esas serían las consecuencias, según advierten expertos en Edafología.
"Si las precipitaciones son abundantes, el impacto sería muy negativo", advierte Avelino Núñez Delgado, profesor del Departamento de Edafología y Química Agrícola, en Escuela Politécnica Superior de la Universidade de Santiago. "Las gotas que impactan sobre un suelo quemado -explica- contribuye a su degradación, con la consiguiente erosión". El impacto sobre el río -continúa- también sería negativo: "Habría un incremento de sólidos en suspensión y también de nutrientes que al encontrarse en el lugar, en un momento y concentraciones inadecuadas, pueden resultar contaminantes", concluye Núñez Delgado.
El catedrático de Edafología de la Universidade de Santiago Francisco Díaz-Fierros coincide en que la consecuencia más inmediata del incendio en la zona será la pérdida de nitrógeno, con la consiguiente reducción de la fertilidad en la zona quemada. En la misma línea, alerta de que lo más grave sería que llegasen lluvias intensas.
En ese caso, el agua arrastraría el suelo y, además, lo llevaría al río, que se encuentra con poca agua, en una situación más sensible a esta agresión. Por ello, Díaz-Fierros concluye que hay que esperar que esto no ocurra y que las lluvias sean ahora suaves, de manera que se recupere la capacidad hídrica del suelo y el crecimiento de vegetación, que se podría dar en 15 días a un mes, que lo protegería de la erosión. "Esa sería la situación idónea", apunta en declaraciones a Efe.
Para el catedrático compostelano, otro problema surgiría de la falta de adaptación de las especies de la fraga al fuego, mientras que plantaciones de su entorno, como el eucalipto, se verán favorecidas en su expansión y podrían invadir la zona, en la que conviven diversas especies de alto valor ecológico.
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