Alberto Núñez Feijóo se despidió ayer del Parlamento y hoy presidirá su último Consello de la Xunta tras 13 años al frente del gobierno autonómico. Dimitirá hoy o mañana de su cargo para iniciar el proceso de relevo que elegirá al vicepresidente primero, Alfonso Rueda, como su sucesor y dejará así la política gallega tras casi dos décadas para centrarse en el liderazgo del PP a nivel estatal y en su objetivo de relevar a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno tras las elecciones generales de finales del año que viene.
Feijóo destacó el “orgullo” de su periplo al frente del Ejecutivo autonómico en el último cara a cara con los portavoces de BNG y PSdeG en el Parlamento gallego. “Nunca agradeceré lo suficiente la confianza y el cariño que recibí de los gallegos. Esta semana presentaré mi dimisión como presidente de la Xunta, pero siempre llevaré con orgullo mi condición de gallego. Allá donde esté serviré a Galicia. Siempre seguiré sirviendo a la terra nai”, se despidió.
La sesión de control tuvo un aroma a despedida, pero también a corolario. Feijóo sacó pecho tras cuatro legislaturas con mayoría absoluta, 13 años de gobierno durante los cuales lidió con dos crisis: la financiera causada a nivel global y la pandémica del COVID. Defendió, sobre todo, sus rebajas fiscales. También cuestionó la rebaja del precio de la luz autorizada por la UE en España y Portugal. “¿Quién la va a pagar?”, se preguntó.
Desde el PSdeG, Luis Álvarez le reprochó que deje su cargo sin cumplir su mandato, “con 1.000 médicos y 1.400 profesores menos”. Por su parte, la líder del BNG, acusó a Feijóo de “dejar una Galicia peor que la que recibió” y un legado: “Bajar la calidad de vida de los gallegos y debilitar lo público”.
Desde A Coruña, el líder provincial del PP, Diego Calvo, presentó ayer 2.200 avales de militantes de la provincia en apoyo a la candidatura de Rueda para el próximo congreso extraordinario del partido.