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La depuradora de O Quenllo, en Carral. | // VÍCTOR ECHAVE

Vertidos y defectos en la EDAR de O Quenllo motivaron trece inspecciones y dos multas

Caudal “blanquecino” en el río, olor a fecales, valores anormales y máquinas fuera de servicio marcan el historial de la depuradora | El Concello pide una subvención para construir otra

La depuradora de Quenllo, en Carral, acumula un nutrido expediente de deficiencias, espumas, valores que incumplen la normativa, vertidos al río Brexa, caudales con color “blanquecino” o olor a fecales. El mal estado de la EDAR ha motivado trece inspecciones a la planta y su entorno desde 2010, de las cuales dos han concluido con sanciones: una valor de 3.750 euros, en marzo de 2012, y otra por 5.000 euros, en marzo de 2018. Ambas multas se impusieron por infracciones leves de la ley de aguas de 2010, detalla el expediente de Augas de Galicia.Este historial ha llevado al Gobierno de Carral, ahora integrado en minoría por Alternativa dos Veciños —tras la salida del PSOE del Ejecutivo, el mes pasado— a solicitar una subvención de 95.256,26 euros a la Diputación para la redacción del proyecto de construcción de una nueva depuradora, cuya financiación y responsabilidad generó discrepancias entre los grupos de la Corporación.

La primera inspección llevada a cabo en relación a la depuradora de O Quenllo que consta en el informe de Augas data de hace doce años, en marzo de 2010. La inspección visual realizada con motivo de un vertido detectó “caudal medio de aguas turbias y olor a fecales”. En sucesivas revisiones, los técnicos detectaron anomalías diversas: desde exceso de policloruro de aluminio que se usa para potabilizar el agua, hasta “gran cantidad de espumas”, un caudal “blanquecino” y “fangoso” en el río Brexa, partes de la planta —como las soplantes que aportan aire en el tratamiento secundario del tratamiento biológico— fuera de servicio o en labores de mantenimiento, o la imposibilidad de acceder a un punto por “las condiciones de vegetación y del terreno”.

El Gobierno local explicó, al presentar su propuesta de solicitar una subvención para redactar el proyecto de una nueva depuradora, que las carencias en la actual surgen “fundamentalmente, por el tipo de carga de aguas residuales urbanas e industriales que recibe, así como por el excesivo volumen de agua entrante que se registra en ciertos momentos”. “Estas dos condiciones dificultan el tratamiento del agua”, aseguró.

La redacción del proyecto contaría con una inversión total 120.000 euros, prevé el Concello. Para ejecutar la nueva planta, con un coste estimado en unos cuatro millones de euros, el Gobierno local proyecta acogerse a las ayudas a la transición justa del Gobierno central, que cubren el 100% del coste y anticipan el 70%, defendió el alcalde, Javier Gestal, en el último pleno, en el que el PP y la concejala no adscrita coincidieron en defender que debería asumir estos costes y trámites Emalcsa y en el que los exsocios de Gobierno recordaron que Alternativa renunció a una subvención del IDAE para remodelar el núcleo de Carral —aunque ésta no adelanta fondos—. La propuesta del Gobierno local salió adelante, pese a votarse en el primer pleno de Gobierno en minoría, por unanimidad. El Gobierno local apuntó que manejaba como “plan B” aceptar la oferta de la Xunta de financiar un tercio si Diputación y Concello hacían lo propio.

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