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Artritis reumatoide

Dr. Juan José Lerma Garrido

Dr. Juan José Lerma Garrido, Jefe Unidad Reumatología Hospital Quirónsalud Valencia y Centro Médico Quirónsalud Mercado de Colón.

¿Qué es?

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad reumática crónica que se caracteriza por la afectación de las articulaciones periféricas tales como las manos, pies, muñecas, hombros, codos, caderas y rodillas.

El dolor de las articulaciones puede responder a varias causas, ¿qué diferencia a la artritis reumatoide? ¿Cuáles son sus síntomas característicos?

Los síntomas característicos son la hinchazón de la articulación, un dolor severo constante y continuo y una rigidez, sobre todo tras levantarse por la mañana y después de periodos prolongados de estar sentado. A diferencia de otras enfermedades reumáticas, como por ejemplo la artrosis, el dolor de la artritis reumatoide se mantiene en situaciones de reposo, sin movernos e incluso puede llegar a despertar al paciente por la noche.

Adicionalmente, también pueden afectarse otras partes del organismo como el corazón, los pulmones el ojo o el riñón.

¿Cuáles son los factores que nos hace más proclives a padecerla?

La causa de la artritis reumatoide es desconocida, pero sí existen algunos factores que predisponen a desarrollarla. Uno de estos factores es el genético, es decir, existen ciertas variantes en algunos genes que predisponen a presentarla, y esto justifica que en algunas familias haya varios casos.

Otros factores que aumentan el riesgo de padecer artritis reumatoide son el tabaco, la obesidad, las alteraciones en la microbiota, infecciones y el estrés.

¿Cuál es el perfil del paciente?

El perfil de paciente más característico es mujer entre los 35 y 55 años y con antecedentes familiares al respecto. Alrededor del 50 % de las afectadas, se encuentran en edad fértil.

¿Se sabe por qué hay más mujeres afectadas que hombres?

3 de cada 4 pacientes diagnosticados son mujeres, encontrándose gran parte de ellas, en edad fértil. Se atribuye dicha situación, al efecto estimulador de los estrógenos en el sistema inmune y a los cambios hormonales que sufre la mujer a lo largo de su vida.

¿Cómo se diagnostica y cuál es la importancia de un diagnóstico precoz en esta enfermedad?

El diagnóstico de la artritis reumatoide se basa en una combinación de criterios clínicos, análisis de sangre y pruebas complementarias de imagen. Para ello el reumatólogo hace una evaluación de los síntomas y signos que presenta el paciente. Adicionalmente se solicitan unas pruebas complementarias analíticas con marcadores específicos de inflamación articular y marcadores inmunológicos de riesgo de desarrollar la enfermedad junto a pruebas de imagen con radiografías, ecografía o resonancia para objetivar la inflamación y el daño de la articulación.

Un diagnóstico lo más precoz posible es fundamental en las estrategias de control de la enfermedad, ya que nos permitirá un tratamiento efectivo desde el principio, evitando en la mayoría de los pacientes el desarrollo de un daño articular irreversible y permanente.

¿Cuál es el impacto de la artritis reumatoide en la calidad de vida de los pacientes?

La calidad de vida en los pacientes con la enfermedad no controlada es baja y limitada y puede afectar a diferentes ámbitos de la vida como el estado físico y emocional, la vida laboral o las relaciones personales, entre otros.

El dolor crónico y permanente es el factor clínico más determinante en dicho contexto, limitando en la mayoría de pacientes gran parte de sus actividades diarias personales y laborales e influyendo asimismo en sus relaciones sociales familiares y con amigos. La ansiedad y la depresión también suelen ser bastante frecuentes en dicho contexto de enfermedad.

¿Qué relación existe entre la artritis reumatoide y el riesgo cardiovascular?

La principal causa de muerte del paciente con artritis reumatoide es el incremento del riesgo cardiovascular. Hay estudios que indican que la probabilidad de muerte en dichos pacientes por eventos cardiovasculares (infarto agudo de miocardio, accidente cerebro-vascular o tromboembolismo) puede estar aumento incluso un 50% respecto a la población general que no presenta la enfermedad. Una inflamación crónica generalizada mal controlada puede ser un factor determinante en este incremento de riesgo.

Es por ello que un control estricto de los factores de riesgo cardiovascular clásicos, como la obesidad, el tabaco, el colesterol y la hipertensión arterial, es fundamental y necesario.

¿Cuáles han sido los avances en su tratamiento en los últimos años? ¿Sigue siendo una enfermedad sin cura?

En cuanto al tratamiento, la artritis no tiene cura, pero sí se dispone en la actualidad de fármacos específicos que son capaces de detener la progresión de la enfermedad y “dejarla dormida”. Los estudios clínicos indican que la remisión de los síntomas es más probable cuando el tratamiento comienza temprano con medicamentos conocidos como medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad. El tipo de fármaco que prescribamos dependerá de las características de la artritis, de su gravedad y del tiempo de evolución de la enfermedad.

¿Hacia dónde apunta la investigación? ¿Qué avance podemos esperar en el futuro cercano?

Actualmente y durante los últimos años, se ha desarrollado un grupo específico de tratamientos denominados agentes biológicos o terapias dirigidas. También conocidos como modificadores de la respuesta biológica, son una nueva clase de medicamentos antirreumáticos, capaces de frenar la evolución de la enfermedad, actuando contra vías inmunológicas específicas y selectivas de inflamación y se han convertido en la actualidad en la terapia más novedosa y efectiva dentro del arsenal terapéutico de este tipo de patologías autoinmunes.

El futuro, muy posiblemente vendrá determinado por el desarrollo y potenciación de “la medicina personalizada” donde a través de un análisis de sangre seamos capaces de saber concretamente qué vía celular está alterada en el paciente y en función de ello establecer de forma individual un tratamiento específico y personalizado.