Síguenos en redes sociales:

En realidad, la sustancia de la vida es la amenaza. De ahí viene todo lo demás a lo que llamamos vida, básicamente remedios (más bien paliativos) para sobrevivir: cotidianeidad, orden, vicios varios, filosofías, entretenimientos, costumbres, religiones, amor, arte y literatura, ambiciones, educación, deportes, y, por supuesto, sanidad. Lo siento, y más todavía hoy (todavía bajo la amenaza en tiempo pasado del evasivo descanso), pero hay que hablar del coronavirus, o como ahora se llame, y este es un modo. Lo que más inquieta es su solemnidad, el modo imperturbable e inexorable con que se va acercando su mancha sobre el mapa. Hacemos vida entre enfermedades terribles y mucho peores, pero esta se presenta con un gesto enigmático y torvo. No hay vacuna, así que, el que sepa divertirse, lo mejor que puede hacer es entregarse al Carnaval, pensado justamente para vengarse de las penas.

Pulsa para ver más contenido para ti