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No, si aún la culpa será de Jenni

Diez segundos más disculpándose (sic) y Luis Rubiales acaba echándole la culpa a Jenni Hermoso. Sólo le faltó eso al presidente de la Real Federación Española de Fútbol en el vergonzoso vídeo con el que hizo como que pedía perdón por besar a la jugadora en la celebración del Mundial. Los argumentos del machirulo jefe del fútbol español ponen de manifiesto algo casi peor que besar a una futbolista porque sí, porque le salió de las gónadas: este señor no ha entendido nada. Nada de nada. No ha entendido que ese beso no pedido y no consentido por la jugadora (ella misma confiesa en el vestuario que no le ha gustado y ante los comentarios clama un revelador “¿Y qué hago yo?”) no es una cosa “que ocurrió” entre ambas partes “de forma espontánea”, como afirma en el sonrojante vídeo en el que confiesa que no le “queda otra” que disculparse. Que nadie lo dude. Con semejantes argumentos eso no se puede calificar de disculpa. No está pidiendo perdón. Está justificándose, intentando salvar su culo. Apelando a la normalización de comportamientos que ponen de manifiesto que aún, hoy, ellos tienen derecho de pernada. Incluso cuando acabas de ganar un Mundial. #RubialesDimisión

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