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La doctora Marina Paradela, tras recibir la ayuda para financiar el proyecto, de manos del consejero de Salud de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, el presidente de la Fundación Mutua Madrileña, Ignacio Garralda, y su homólogo del comité científico de esa entidad, Rafael Matesanz.L.O.

Investigación oncológica

A Coruña lidera un estudio nacional sobre técnicas para operar el cáncer de pulmón

Marina Paradela, cirujana torácica del Chuac e investigadora del Inibic, encabeza el proyecto, que busca mejorar el postoperatorio de los pacientes y afinar la estadificación de la enfermedad

La doctora Marina Paradela, médica adjunta del Servicio de Cirugía Torácica del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) e investigadora del Instituto de Investigación Biomédica coruñés (Inibic), lidera un estudio nacional sobre técnicas para operar el cáncer de pulmón mediante cirugía mínimamente invasiva cuya finalidad es mejorar el postoperatorio de los pacientes y afinar la estadificación de esa dolencia. El trabajo, que acaba de recibir una de las ayudas anuales a la investigación sanitaria de la Fundación Mutua Madrileña, cuenta con la colaboración de la jefa de Cirugía Torácica del Chuac, la doctora Mercedes de la Torre, y además del centro de As Xubias, participan en ella los hospitales Clínic de Barcelona, Puerta de Hierro de Madrid, La Fe y Alzira de Valencia y Virgen Macarena de Sevilla.

Un equipo quirúrgico del Hospital Universitario de A Coruña, durante una operación de pulmón mediante videocirugía. | // LA OPINIÓN

A simple vista, los pulmones se asemejan a un par de esponjas, divididas en varias partes denominadas lóbulos. El pulmón derecho tiene tres y el izquierdo, de menor tamaño debido al espacio que ocupa el corazón, solo dos. Cuenta la doctora Paradela que estos lóbulos “están unidos entre sí por una región anatómica llamada cisura”. “Si nos imaginamos el pulmón como un libro, puede ser un libro abierto de par en par o cerrado, en función de si existe o no esa división entre lóbulos”, refiere la cirujana torácica del Chuac e investigadora del Inibic, quien especifica que el estudio que encabeza compara “las tres técnicas descritas, hasta el día de hoy”, para dividir la cisura cuando no está abierta, “lo que se llama una cisura incompleta”.

“Cuando la cisura no está completa y los cirujanos torácicos tenemos que dividirla y abrir el parénquima (tejido orgánico esencial, en este caso, de los pulmones) para llegar a los vasos sanguíneos y a la vía aérea que va a cada lóbulo, se suelen producir fugas de aire en el postoperatorio, lo cual implica que los pacientes tengan que estar más días con el drenaje torácico, que recoge el aire que sale del pulmón. Y hasta que todo eso cicatriza, no se pueden ir a su casa. Nuestra investigación va a permitir, por un lado, ver qué prevalencia hay de cisuras cerradas en España, cuál de las tres técnicas existentes en la actualidad se utiliza más y cuál da menos fugas en el postoperatorio. También estudiaremos cuáles mejoran el análisis de los ganglios pulmonares y, por tanto, la estadificación del tumor, de hecho, nuestra hipótesis de trabajo es que una de las técnicas va a ser más precisa en este sentido”, señala la especialista del centro coruñés.

Las tres técnicas existentes, en la actualidad, para dividir las cisuras pulmonares cuando están incompletas, apunta la doctora Paradela, son “la transcisural, la de cisura al final y la de cisura al inicio”. “A la primera de ellas se recurría cuando el cáncer de pulmón se operaba mediante cirugía abierta, no obstante, desde hace años estas intervenciones se llevan a cabo por un abordaje mínimamente invasivo, la videotoracoscopia, el equivalente en el tórax a la laparoscopia en el abdomen. Con la irrupción de esta modalidad quirúrgica, se empezó a utilizar la técnica de cisura al final, y en los últimos años se ha comenzado a recurrir, también, a la de cisura al principio. Sin embargo, solo un grupo belga ha publicado sobre esta última técnica, y lo que nosotros queremos comprobar es si en España ya se está estandarizando y si realmente es la mejor, porque es más compleja”, apunta la cirujana torácica del Chuac e investigadora del Inibic, quien resalta que en el complejo hospitalario coruñés “ya se utiliza, aunque no de forma sistemática”, sino cuando el paciente “presenta una cisura totalmente cerrada”. “Nuestro trabajo clasifica también las cisuras en grados, desde el 2, que serían un poquito cerradas, hasta el 4, cuando no hay ningún tipo de división entre los lóbulos pulmonares. Cuanto más cerradas son, más hay que recurrir a la técnica de cisura al principio”, agrega.

Análisis estadístico

El “horizonte temporal inicial” del estudio son dos años, no obstante, la doctora Paradela especifica que los investigadores del complejo hospitalario coruñés llevan ya un año recogiendo casos. “Hemos contactado con un grupo de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), que se encargará de realizar un análisis estadístico preliminar. En relación con la fuga aérea en el postoperatorio, necesitamos estimar cuál es su incidencia en España y también qué tamaño muestral precisamos para poder comparar las tres técnicas, aunque es seguro que tendremos más pacientes de la de cisura al final, que es la que empezó con la videocirugía y está estandarizada, que de la inicial, la última que se ha descrito”, avanza la experta.

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