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Fachada del edificio, con la lona de obra y la entrada vallada tras la caída de cascotes. // Víctor Echave

El edificio del mural de Lugrís en los Olmos de A Coruña acumula 6.000 euros en sanciones por su estado ruinoso

El Concello envió en 2021 a los propietarios dos requerimientos para conservar la fachada que desoyeron u O Mural se manifiesta hoy

El edificio de la calle Olmos en el que Urbano Lugrís pintó unos murales en A Coruña para el antiguo restaurante Fornos acumula 6.000 euros en sanciones municipales por el mal estado de su fachada. El primero, que según fuentes del Gobierno local, los propietarios ni contestaron, derivó en una penalización de 2.000 euros y, el segundo, en otra de 4.000 euros.

El Concello hizo estos requerimientos a la propiedad en marzo y en diciembre de 2021 para que evitase el deterioro de la fachada, pero sus peticiones fueron desoídas, por lo que, en noviembre del año pasado, según explicó la concejala de Participación, Yoya Neira, en el Pleno —en contestación a la asociación O Mural, que acudió al Escano Cidadán—, emitió una orden de saneamiento inmediato, ya que unos días antes habían caído a la vía pública cascotes.

El Ayuntamiento está pendiente también de que los propietarios del inmueble, que está en los números 25 y 27 de la calle Olmos, respondan a otra solicitud, la de que permitan la entrada a sus técnicos en patrimonio el 27 de enero para examinar el estado de los frescos pintados por Lugrís. Esta petición se formuló después de que los propietarios del inmueble enviasen unas fotos de baja calidad al Ayuntamiento en las que se pueden ver algunas secciones de los murales y que, según su testimonio, son recientes.

En caso de que la respuesta a esta petición fuese negativa o, incluso, de que nunca llegase, el Concello, al tener catalogadas las pinturas en el Plan Especial de Protección y Reforma Interior de Ciudad Vieja y Pescadería (Pepri), podría solicitar el acceso al interior del edificio en el juzgado.

Los colectivos In Nave Civitas y O Mural han convocado para este sábado 21 de diciembre, una concentración, a las 12.00 horas, en la plaza de María Pita para instar a las administraciones, tanto local como autonómica, a que protejan las pinturas y a que actúen con celeridad para poder estudiar el estado en el que se encuentran y frenar su deterioro, ya que, desde que cerró el último local de hostelería que regentó el bajo, el Brasa y Vino, hace ya unos años, solo los propietarios del inmueble pueden acceder libremente al inmueble.

Sobre este edificio, tal y como adelantó este diario, pesan dos hipotecas y dos embargos, y la sociedad a la que pertenece se encuentra en proceso voluntario de liquidación. Fuentes jurídicas consultadas sobre este tema aseguraron que, lo más común en estos casos, es que el edificio acabe siendo subastado.

En los primeros días de este año, la asociación O Mural envió a la Xuntauna petición para que declare estos frescos Bien de Interés Cultural (BIC) y, de este modo, cuenten con la mayor protección posible. La Xunta tendrá ahora seis meses para pronunciarse sobre esta iniciativa. La asociación argumenta que el mural que Lugrís pintó en la calle Real, y que ahora está también en la calle Olmos, después de queAbanca lo restaurase, es BIC, por lo que estas pinturas, que cuentan todavía con un mayor nivel de detalle, podrían serlo también.

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