El Clúster TIC de Galicia ha puesto en marcha un proceso entre sus socios y otras empresas tecnológicas de la comunidad para conocer la verdadera demanda que existe en el sector para ocupar nuevos edificios en la Ciudad de las TIC. El conglomerado de empresas, asociaciones empresariales y profesionales y otros agentes del ramo gallego de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación se refiere a la ocupación de una o dos de las naves más próximas al Centro de Servicios Avanzados (CSA), el primer inmueble en funcionamiento del polo tecnológico de la antigua fábrica de armas inaugurado el pasado 20 de octubre. En función de la demanda de superficie que haya, el Clúster TIC trasladará las peticiones de ocupación de metros cuadrados a la sociedad gestora de la Ciudad de las TIC, que será la que determine también la cesión del espacio.
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Este proceso arrancó hace dos semanas y concluirá a mediados del mes de abril. Dado que la rehabilitación de las antiguas naves requerirá de financiación a través de préstamos Next Generation, las perspectivas del Clúster TIC apuntan a que durante 2024 se puedan elaborar los proyectos de reforma de los edificios para reservar el año siguiente a la ejecución de las obras y poder iniciar la actividad a comienzos de 2026.
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El colectivo de empresas tecnológicas ha decidido empezar este proceso de “verificación de demanda” sin que hubiera una etapa de reserva de espacio programada, sino para testar por iniciativa propia las perspectivas de ocupación en Pedralonga por parte de las compañías del sector. “En principio hay metros cuadrados para todo el que los demande y formalice un contrato de reserva. Si hubiese solicitantes de mucho espacio, el Clúster haría una valoración de cada empresa, como hicimos cuando se demandó superficie para el CSA”, explica Antonio Rodríguez del Corral, presidente del Clúster TIC.
La sociedad gestora del polo tecnológico deberá determinar la cesión de espacios
“Nuestra intención sería ir llenando paulatinamente todas las naves de la Ciudad de las TIC hasta cubrir las siete disponibles para el espacio empresarial”, añade Del Corral, aunque precisa que esta primera verificación prevé la ocupación de “una o dos naves”.
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La reforma y posterior ocupación de otras tres naves, además del CSA, se incluyen en la primera fase del desarrollo de la Ciudad de las TIC. La rehabilitación de las instalaciones se financiará mediante la solicitud de préstamos del programa de ayudas europeas Next Generation. Grandes y pequeñas firmas tecnológicas se ubicarán en esa superficie, de unos 9.000 metros cuadrados en total, y la devolución de los créditos se efectuaría con los ingresos derivados de los alquileres de ocupación de las naves por parte de las empresas asentadas.
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Pero antes de todo ello, debe constituirse la sociedad que gestione la Ciudad de las TIC. El Consello de Goberno de la Universidade da Coruña (UDC) y el Pleno del Ayuntamiento aprobaron a finales del año pasado sus respectivas participaciones en esta sociedad pública, pero todavía no está formada. Los estatutos sociales recogen su creación con un capital social de 660.000 euros, dividido en mil participaciones de 660 euros de valor nominal cada una: el 51% de la participación corresponde al Concello y el 49% a la UDC.
Tras la inauguración del CSA el pasado octubre, Del Corral, así como el entonces rector universitario, Julio Abalde, destacaron que habría demanda para las tres naves más próximas al primer edificio que serán reformadas, aunque tendría que determinarse la manera de afrontar la obra y el acondicionamiento, así como su financiación. Antes de su rehabilitación, en la Ciudad de las TIC funcionarán ya el Galaxy Lab, un campo de experimentación de drones promovido por el Instituto Tecnolóxico de Galicia (ya en marcha) y un plató virtual impulsado por la Diputación y el Clúster audiovisual gallego donde se grabarán producciones audiovisuales. Además, desde hace cinco meses las tecnológicas ya instaladas en el CSA han organizado diversos eventos sobre desarrollo de proyectos y prototipos para darlos a conocer y comercializarlos.
El interés por ocupar las antiguas naves del complejo de Pedralonga surgió incluso antes de que empezase la obra del CSA. El grupo industrial y de servicios Iffe, con sede en Oleiros, ganó un concurso para ocupar tres edificios, pero a comienzos del año pasado descartó el uso de esos espacios para el desarrollo de su proyecto, al centrarse su actividad en una planta de omega-2 en As Somozas.