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Mucho Dépor, poco premio

El equipo coruñés da un paso al frente en el momento más crítico y derrocha personalidad y valentía para completar su mejor partido de la temporada, que no le bastó para tumbar al Almería

El Dépor empata en Riazor ante el Almería

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Un equipo por primera vez en la temporada. Eso fue ayer el Deportivo. Con intensidad, fe y argumentos suficientes como para vencer al Almería. Lo mereció con creces, pero no fue capaz de marcar y se tuvo que conformar con un empate que sabe a derrota. Doce córners a favor y ninguno en contra. Una estadística contundente pero que no sirve para sumar de tres en tres, justo lo que más le urge ahora al equipo coruñés. Mucho Dépor para solo un punto. Derrochó personalidad y valentía para completar el mejor partido de la temporada, con continuidad en el juego, no solo a ratos. Crece en cuanto a sensaciones, pero los resultados se le resisten mientras las jornadas siguen pasando, y ya van diez.

Para jugarse su continuidad Anquela apostó por repescar a Gaku y situar a Nolaskoain de central. Fueron las dos únicas novedades en el once del Dépor, que desde el pitido inicial tuvo mucho más el balón que su rival. Dejó hacer bastante el Almería, sabedor de que con el paso de los minutos la ansiedad del conjunto blanquiazul iría en aumento. Le interesaba jugar con el 0-0 el mayor tiempo posible, sin impacientarse por buscar la portería rival.

Más prisas tuvo el Dépor, que ofreció una versión mucho mejor que en las anteriores jornadas. No era difícil subir el nivel después de tantos desastres seguidos, el más sonrojante el del pasado jueves en Girona. Ayer fue otra historia. Fue un equipo de verdad, tanto para defender como para atacar. Sin alardes, porque no está para florituras, pero con suficiente capacidad como para enlazar más de tres pases seguidos, todo un logro teniendo en cuenta que venía de la nada más absoluta en la creación. Recurrió a los balonazos en largo, como de costumbre, pero no solo. Amplió el repertorio y también supo triangular en campo contrario y asociarse con cierta fluidez, sobre todo la que tuvieron Álex y Aketxe por dentro, más Mollejo y Valle desde las bandas. Mucho menos apareció Gaku, solo para tocar en corto, casi siempre hacia atrás. El Dépor supo abrir el campo para hacer daño desde los costados, a lo que ayudaron los laterales, sobre todo Salva Ruiz.

Claro dominio local desde el inicio a base de intensidad y una voluntad decidida de buscar cuanto antes un primer gol. Los jugadores de Anquela trataron de echarle una mano derrochando garra en cada acción. Ganaron la mayoría de las disputas y las segundas jugadas, toda una novedad esta temporada. Poco a poco fueron volcando el campo hacia la portería visitante, aunque sin generar ocasiones claras. Muchas llegadas, pero pocos disparos, casi todos desde lejos. Lo intentó Valle un par de veces y también en dos ocasiones Aketxe de falta directa. En la primera, disparó al muñeco. En la segunda, mucho más peligrosa, obligó a René a lucirse para evitar el 1-0.

Hacía mucho tiempo que el Dépor no se sentía tan cómodo con la pelota, pero su dominio no le alcanzó para decantar el encuentro a su favor ante un Almería al que no le importó tener que dedicarse casi exclusivamente a defender. Solo una vez se estiró con verdadero peligro antes del descanso, con una contra lanzada por Jonathan desde la izquierda.

La primera mitad acabó con otro disparo lejano de Valle y la segunda empezó con un guión parecido, aunque con más interrupciones. Las buscó el Almería, empeñado en parar el juego una y otra vez ante la permisividad del árbitro. De esa forma trató de cortar el ritmo del Deportivo, que aun así siguió cargando con todo. No perdió nunca la fe y a base de empuje generó las suficientes llegadas como para adelantarse, tanto en jugada como a balón parado. Varias ocasiones tuvieron Valle y Aketxe para marcar. También Mollejo, Gaku e incluso Álex rondaron el gol. Como Muñoz, que disparó al palo en la otra portería.

Ni siquiera la expulsión de Montero hizo que el Dépor bajara los brazos. Al contrario. Lo intentó hasta el final y Christian tuvo en sus botas el triunfo, pero también se estrelló contra el muro visitante. Empate sin goles. Portería a cero y buenas sensaciones, que en otra situación sumarían, pero que de poco valen en la actual.

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