Al Deportivo le esperaba ayer un equipo que era prácticamente una incógnita para él y que le sorprendió con una propuesta valiente y atrevida a pesar de que todo lo tenía en contra. El rival, el escenario y el ambiente representaban una montaña para el modesto club andaluz, pero les impulsó la motivación de no tener nada que perder en semejante situación. Quizá fue eso lo que penalizó al conjunto de Borja Jiménez, desconocido en una primera parte para el olvido, y que se cruzará en la final por el ascenso con un oponente al que puede tener más controlado y sin la reputación de cenicienta. Además será un reencuentro con el pasado más cercano del club.
El Albacete del coruñés Rubén de la Barrera, que ayer se impuso al Rayo Majadahonda (2-1) en la otra eliminatoria, será el último obstáculo hacia el ascenso del Deportivo. Será posiblemente un duelo entre iguales, porque los manchegos partían en su grupo igual de favoritos que los blanquiazules. Para ellos también fue una decepción verse descabalgados del ascenso directo después de caer la temporada anterior de Segunda División, pero es que incluso llegarán en desventaja al compromiso que casi con total probabilidad se disputará en Riazor el sábado que viene.
“Llegamos al ‘play off’ en nuestro mejor momento”
Ni siquiera fue segundo el equipo de Rubén de la Barrera, superado por el filial del Villarreal debido a un tramo final de temporada muy irregular, y estará obligado a ganar en el estadio coruñés. Al Deportivo le sigue favoreciendo el empate al final de una hipotética prórroga, como ayer ante el Linares, aunque resultara un arma de doble filo por la ambición con la que se presentaron los andaluces. Ese mismo peligro podría afrontar el sábado contra un Albacete con la reputación de equipo ofensivo, como la de su técnico, y en un partido en el que habrá cuentas pendientes entre los dos por una plaza en Segunda.