La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.
El picudo rojo acaba con la palmera de la iglesia de As Capuchinas
Casteleiro / RollerAgencia
La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.
El picudo rojo acaba con la palmera de la iglesia de As Capuchinas
Casteleiro / RollerAgencia
La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.
El picudo rojo acaba con la palmera de la iglesia de As Capuchinas
Casteleiro / RollerAgencia
La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.
El picudo rojo acaba con la palmera de la iglesia de As Capuchinas
Casteleiro / RollerAgencia
La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.
El picudo rojo acaba con la palmera de la iglesia de As Capuchinas
Casteleiro / RollerAgencia
La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.
El picudo rojo acaba con la palmera de la iglesia de As Capuchinas
Casteleiro / RollerAgencia
La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.
El picudo rojo acaba con la palmera de la iglesia de As Capuchinas
Casteleiro / RollerAgencia
La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.
El picudo rojo acaba con la palmera de la iglesia de As Capuchinas
Casteleiro / RollerAgencia
La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.
El picudo rojo acaba con la palmera de la iglesia de As Capuchinas
Casteleiro / RollerAgencia
La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.
La ciudad se despide de otra palmera. Esta vez los operarios han tenido que talar la palmera que se encontraba a las puertas de la iglesias de As Capuchinas, en la calle Panaderas. El picudo rojo ha obligado al Concello a talar este ejemplar.