La salvación se complica en Arteixo

El afán legalizador del alcalde, Carlos Calvelo, ha topado con un primera piedra. La orden de la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística de derribar el geriátrico de Monticaño, una de las construcciones que el mandatario prometió regularizar -en este caso, a través del desarrollo de un plan especial para el parque de Monticaño que permitiese ampliar los usos a este terreno de protección forestal- le impide cumplir su propósito. La Xunta decretó hace unas semanas la demolición del geriátrico que la Fundación San Rosendo comenzó a construir en el año 2003 sin licencia de edificación y con el visto bueno del entonces alcalde, Manuel Pose, que aprobó en pleno declarar el uso "publico" de la residencia, lo que no requeriría de permiso municipal.

El Gobierno gallego ordena la demolición -trabajos que se encuentran aún en fase muy inicial- que recoge la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) de 2010 que ratifica la resolución de la Xunta del 8 de noviembre de 2005 que desestima el recurso de la promotora y confirma la orden de demolición.

Este no es el único escollo al que se enfrenta el mandatario, que desde su llegada al Gobierno local anunció su intención de regularizar la situación de construcciones irregulares o sobre las que pesa una orden de derribo. Para ello, el alcalde apelaba a un plan general que, según sostenía, estaría aprobado de forma definitiva al finalizar esta legislatura. Ahora Calvelo acaba de admitir que, como pronto, el proyecto urbanístico podría entrar en vigor en el año 2017. Tres años como mínimo en el que podrían sucederse más derribos, como es el caso de las naves de la antigua Mafriesa, sobre las que pesa una orden de demolición parcial. Calvelo aseguró en múltiples ocasiones que esta orden podría esquivarse gracias a la ley de costas y la inclusión del polígono industrial en el proyecto de ordenación.

Similar es la previsión del Ejecutivo municipal con la iglesia de Santiago de Arteixo, que afirmó que "regularizará" el templo, construido al amparo de una licencia otorgada en septiembre de 2001 por el exalcalde Manuel Pose, a través del plan general. La intención del Consistorio es, según anunció, compensar los más de 2.800 metros cuadrados de zonas verdes que se ocuparon "provisionalmente" con la iglesia, levantada en las inmediaciones del paseo fluvial, con una permuta de terreno incluida en el proyecto urbanístico. Un documento de ordenación que sufre un importante retraso que ha obligado al Concello a consensuar un nuevo cronograma con la Xunta, en el que la aprobación definitiva queda pospuesta hasta el año 2017.