La obra del parque central de Arteixo será licitada en julio tras aprobar la expropiación

El proyecto del nuevo parque central de Arteixo, que el Concello hizo público en el mes de febrero de este año, está más cerca de ser una realidad. El Gobierno local aprobará las expropiaciones para obtener los terrenos necesarios en el pleno del próximo martes y ya en julio procederá a sacar a concurso público la realización de las obras. Esta zona verde se ubicará en un ámbito del núcleo urbano arteixano delimitado por el centro cívico, el paseo fluvial, la iglesia y la escuela y residencia que construyó la Fundación Amancio Ortega. El presupuesto de la actuación ronda el millón de euros.

El Ejecutivo municipal aprobará de forma definitiva la propuesta de expropiación de diez fincas y los titulares de los terrenos serán convocados el martes 27 de julio para recibir la compensación. Una vez realizado este paso, los terrenos pasarán a ser de titularidad municipal. La licitación de la obra empezará ya en julio, según confirma el Ayuntamiento.

La nueva zona de esparcimiento contará con un área de juegos infantiles, pista de patinaje, merendero, aparatos biosaludables, zona de juegos en hierba, plataforma para yoga, taichí y conciertos y equipamiento de calistenia. El parque tendrá unas dimensiones de 13.000 metros cuadrados.

El proyecto incluye la creación de un espacio dividido en tres zonas: húmeda, libre y acondicionada. La primera se debe a la presencia del río Bolaños, que permitirá a los vecinos disfrutar de un “pequeño ecosistema” que puede ofrecer una “experiencia natural”, con sendas con “técnicas poco invasivas”, según recoge el proyecto. La obra incluye la ejecución de un paso elevado de madera y zonas de recogimiento adecuadas para la prácticas de actividades como el taichí o el yoga. La zona libre contará con equipamientos lúdicos y la zona acondicionada incluye la construcción de una cúpula de 16 metros de diámetro en la parte más recogida, construida a base de madera laminada y cubierta con policarbonato celular, con el objetivo de disponer de un espacio “cubierto y abierto” que permita reuniones en días lluviosos.

En la zona identificada como húmeda no se realizarán nuevas plantaciones, sino que será objeto de un mantenimiento periódico para preservar su carácter natural. En el resto del parque se plantará césped, especies arbóreas y arbustivas. Los árboles escogidos son cerezo japonés blanco, roble palustre, Ginkgo Biloba y Salix Chermesina.