Casi veinte años separan los dos diseños del multiusos proyectado para Bastiagueiro. Al comparar la recreación de 2006 con la de 2023 salte a la vista lo más evidente: de la opacidad del edificio que se planteaba hace años, casi como un búnker; al concepto totalmente distinto del actual, un gran cilindro escalonado, como un coliseo, una apuesta por la luz, los espacios totalmente modulares, convertibles. Su ubicación, donde está la pista de skate, el rocódromo, la pista de patinaje y las pistas del INEF harán que este enclave se convierta en el gran polo de equipamiento público de la comarca.
Si en 2006 se adjudicó por 8,4 millones, en 2023 se hizo por 11,5 millones (más 133.000 de redacción del proyecto y 287.000 de la dirección de obra). Si antes se preveía para mil espectadores, ahora alcanza las 4.000 plazas (2.000 fijas y 2.000 móviles) en este diseño del estudio Integrados. Si en 2006 se pensaba más en eventos culturales, ahora incluye los deportivos, sociales, congresos.
Ambos proyectos sí tienen semejanzas en los interiores, de gran altura, y en la notable presencia de la madera, pero las líneas cuadradas ahora son circulares. La evolución del proyecto del Gobierno local de Oleiros ha afectado incluso al nombre: antes se llamaba auditorio y ahora se denomina multiusos.
Hace dos semanas se colocó la primera piedra del futuro edificio, el proyecto estrella de esta legislatura como lo fue, aunque sin éxito entonces, en la de 2003-2007. El Ejecutivo anunció en 2005 la idea y al año siguiente realizó el concurso de ideas y expuso al público las 12 maquetas de las empresas aspirantes. El contrato para la redacción del proyecto y ejecución de la obra se otorgó a la unión de empresas formada por Espina Obras Hidráulicas y Mouzo y Souto SL y el estudio de arquitectura Vier.
El Concello acusa al PSOE de bloquear el primer proyecto de multiusos porque le parecía un despilfarro de dinero (poco después, en 2008, comenzó la gran crisis económica). Pero este edificio tuvo muchos más obstáculos que hicieron que se frustrase y el Concello terminase indemnizando a la empresa adjudicataria.
La Universidade de A Coruña rechazaba el auditorio en los terrenos de Bastiagueiro y el alcalde apeló a la Diputación, que cedió los terrenos. La obra tuvo informe desfavorable de la Xunta y tuvo que tramitar de nuevo la documentación. Luego estuvo dos años paralizada pendiente de la aprobación del plan general. PP y PSOE votaron en pleno en contra de pedir una ayuda a la Unión Europea para costear el recinto porque el suelo era rústico y con uso deportivo, no cultural (al final se pidió por decreto). Un pleno, por cierto, semejante a los actuales, con ataques verbales, insultos y abucheos. El diseño evolucionó pero el clima en la Corporación no tanto.